El Índice de Precios de Consumo (IPC) presentó en mayo un aumento del 2,7% en comparación con el mismo mes de 2020, lo que supone un avance de cinco décimas respecto al 2,2% contabilizado en abril y sitúa la inflación en su tasa más alta desde el 3% marcado en febrero del año 2017.
Así lo refleja el indicador adelantado del IPC elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicado este lunes, cuyo avance está especialmente provocado por la subida de los precios de los carburantes y combustibles, frente a la bajada registrada en mayo del año pasado por el confinamiento por la pandemia.
De confirmarse este dato el próximo 11 de junio, el encarecimiento de la energía intensificaría en mayo el fuerte repunte de precios ya registrado en marzo (1,3%) y abril (2,2%), tras un 2020 de IPC negativo al que siguió un pequeño aumento en enero de 2021 (del 0,5%, debido a la borrasca Filomena) y estabilidad en febrero (tasa del 0%).
Por su parte, la tasa de variación anual estimada de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) aumentó en dos décimas hasta el 0,2%, con lo que se sitúa dos puntos y medio por debajo de la del IPC general.
En variación mensual, los precios de consumo registraron en mayo un incremento del 0,4% respecto al mes de abril, que había aumentado a su vez un 1,2% frente al mes previo.
El IPC Armonizado (IPCA) presentó a su vez una variación anual del 2,4%, cuatro décimas por encima de la registrada el mes anterior, y en variación mensual fue del 0,5%.