La subyacente, que excluye alimentos frescos y energía, baja tres décimas hasta el 5,8%
El mes de septiembre terminó con una inflación del 3,5% respecto al mismo mes del año pasado, según el dato publicado este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La cifra supera en nueve décimas la de agosto y supone la tercera subida consecutiva desde junio, cuando se situó en el 1,9%. El repunte amenaza con ser un anticipo de lo que vendrá en los próximos meses como consecuencia de la escalada de los carburantes y el efecto base que presiona hacia arriba las tasas, pues fue en verano de 2022 cuando la inflación empezó a bajar gracias a la moderación del precio de la electricidad. No obstante, la bajada de tres décimas de la inflación subyacente -que excluye alimentos no elaborados y productos energéticos-, que se situó en el 5,8%, indica que se mantiene la tendencia de desaceleración.
Los datos confirman que ha sido una dura vuelta al cole y al trabajo. La tasa interanual del IPC ha vuelto a superar el 3% tras un verano por debajo de esta cota y se sitúa en su nivel más elevado desde el pasado mes de abril, cuando alcanzó el 4,1%. Al ser el dato adelantado, estadística no proporciona detalles por sectores. Sin embargo, ha atribuido el repunte del IPC a la subida de los precios de la electricidad, frente al descenso que experimentaron un año antes, y, en menor medida, al encarecimiento de los carburantes.
El futuro en ambos terrenos es espinoso; la cotización del gas natural internacional no ha dejado de subir en las últimas semanas como consecuencia de las huelgas en Australia y los problemas que ha habido con algún pozo en Noruega. Además, la demanda ha aumentado ante la inminente llegada del invierno en Europa. En paralelo, Rusia ha vetado recientemente las exportaciones de gasolina y gasóleo bajo el argumento de estabilizar el mercado interior, y aunque la medida no tiene efecto directo sobre el Viejo Continente, el cierre del grifo del cuarto mayor productor de diésel en el mundo ya ha traído consigo un repunte por encima del 5% en el precio mayorista.
Los expertos auguran que el IPC aún puede subir de aquí a finales de año debido a que en los próximos meses se agudizará el efecto escalón sobre la tasa de inflación energética, lo que supondrá que la tasa general siga en aumento. Funcas espera que la inflación se sitúe en diciembre en el 4,9%, con repuntes considerables en octubre. En cualquier caso, creen que la subyacente seguirá por la lenta senda de la moderación. En ese sentido, el Ministerio de Asuntos Económicos y para la Transformación Digital ha subrayado este jueves que los últimos datos de inflación “reflejan el efecto base de los precios de la electricidad y, en menor medida, en los carburantes”, al tiempo que ha destacado que “España lleva más de un año entre los países con menor inflación y mayor crecimiento de la zona euro”.
El INE incorpora en el avance de datos del IPC una estimación de la inflación subyacente que muestra que en septiembre bajó tres décimas, hasta el 5,8%, tasa 2,3 puntos superior a la del IPC general y la más baja desde junio de 2022, cuando se situó en el 5,5%. Tras conocerse el dato, el ministerio dirigido por Nadia Calviño ha subrayado en un comunicado que las medidas de política económica adoptadas por el Gobierno “están favoreciendo la competitividad de las empresas españolas, la ganancia de cuota de mercado y el aumento del poder adquisitivo de los salarios”.
Es cierto que se han dejado atrás las subidas incontroladas del año pasado. Sin embargo, la inflación aún sigue lejos de ese 2% fijado como objetivo por el Banco Central Europeo. Esto significa que, aunque leve, el repunte de septiembre se suma a la tormenta previa que empezó con la pandemia y a unos salarios que no se han actualizado al mismo ritmo que el IPC.
Todos los detalles de evolución por componentes y la cifra definitiva de la inflación de septiembre se publicarán el 13 de octubre.