El euro ha llegado a perder al cierre los 1,04 dólares, mínimos desde 2003
Desde ING creen que el nuevo suporte se sitúa en la zona de los 1,034 dólares
Un número cada vez mayor de expertos apuesta por la paridad a corto plazo
La paridad entre euro y dólar está un poco más cerca. La divisa europea cerró este jueves en los 1,0380 dólares, unos niveles que no se veían al cierre desde enero de 2003. Esta drástica depreciación no solo es consecuencia de la debilidad del euro, también lo es de la inusitada fortaleza del dólar, cuyo índice se encuentra en máximos de los últimos 20 años. Ahora la gran pregunta es si el cruce de divisas más negociado del mundo terminará alcanzando la paridad en las próximas semanas o meses.
El euro ha caído un 1,5% frente al dólar en lo que va de mayo. En abril, el descenso mensual fue del 4,7%, una auténtica barbaridad para uno de los cruces más estables del mercado de divisas. Pero es que el desplome desde diciembre de 2021 es del 8,6%. No obstante, en la sesión de este viernes, el cruce, cotiza con cierta calma, aunque ha llegado a caer a los 1,0366 durante algunos instantes.
Esta debilidad del euro es un arma de doble filo. Por un lado hace más competitivas las exportaciones europeas, pero por otro encarece las importaciones denominadas en otras divisas y, sobre todo, en dólares, divisa utilizada para casi todas las materias primas (petróleo, gas…), lo que supondrá una mayor presión al alza para la inflación.
Los economistas de ING explican en una nota publicada esta mañana que «el cruce euro/dólar rompió el soporte clave de 1,0500 este jueves, ya que el actual entorno de riesgo rocoso continúa favoreciendo un dólar más fuerte, mientras que la incertidumbre sobre las implicaciones de la guerra de Ucrania en Europa sigue siendo elevada».
Ahora, según los analistas de ING, el próximo gran soporte son los 1,0340, que fue el mínimo intradía (no al cierre) que marcó en enero de 2017. «Una ruptura por debajo de ese nivel haría que el riesgo de que el euro/dólar alcance la paridad sea bastante importante. No nos sorprendería ver la paridad a corto plazo. De hecho, después de perder el ‘ancla’ de los 1,0500, la volatilidad en el euro/dólar podría aumentar nuevamente con facilidad».
¿Qué está pasando con el euro?
Por un lado, el euro se encuentra en una situación compleja. La guerra en Ucrania amenaza de forma seria una actividad económica que ya dejó entrever un parón notable durante el primer trimestre del año. La guerra está generando una elevada incertidumbre, encareciendo las materias primas (la Eurozona es importadora neta) y, probablemente, posponiendo las decisiones de inversión y consumo de los agentes europeos. Esta inseguridad está provocando que los capitales se marcha de la zona euro, presionando a la baja a la divisa.
«Actualmente, el euro está sufriendo mucho por la incertidumbre sobre los futuros acontecimientos en torno a la guerra de Ucrania. Después de todo, la espada de Damocles de una crisis energética pende sobre la UE, sobre todo si decide implementar un embargo de las fuentes de energía rusas o si la parte rusa interrumpe el suministro de energía que envía a Occidente de forma generalizada. En ese caso, el euro caería por debajo de la paridad con el dólar», advierten los expertos de Commerzbank en su informe semanal.
El impacto de la guerra, aunque también se siente en EEUU, es completamente diferente. Por un lado, la guerra no se está produciendo en territorio americano, lo que reduce los riesgos. Además, este hecho fortalece aún más el estatus del dólar como activo refugio. Los inversores buscan proteger su capital en dólares o activos denominados en esta divisa.
Por otro, la principal consecuencia económica hasta la fecha ha sido el encarecimiento de la energía. Hay que recordar que EEUU es uno de los mayores productores de petróleo del mundo, por lo que la subida del precio del crudo no afecta de igual manera a una economía que a otra, es más, algunos expertos calculan que el encarecimiento del crudo no tiene ya impacto negativo alguno para EEUU. En cuanto al gas, la diferencia es aún más visible, puesto que EEUU es exportador neto de esta materia prima, mientras que Europa apenas produce gas y tiene que importarlo, al igual que petróleo.
Esta debilidad intrínseca del euro se puede apreciar en el índice que confecciona diariamente el Banco Central Europeo y que pondera el tipo de cambio del euro con las divisas de las grandes parejas comerciales del bloque. El índice euro acumula una caída del 3,4% en lo que va de año.
La Fed se distancia del BCE
Por otro lado, aunque el BCE ha endurecido sobremanera su discurso, la hoja de ruta del banco central sigue a años luz de la presentada por la Reserva Federal. El BCE solo ha hablado hasta la fecha, mientras que la Fed ya ha implementado dos subidas de tipos y una de ellas ha sido de 50 puntos básicos.
Se espera que este ciclo de subidas sea el más agresivo en EEUU desde 1994. Unos tipos de interés más altos y cada vez más divergentes (respecto a Europa) hacen que sea más atractivo para los inversores mover su dinero a activos americanos (frente a europeos) de renta fija que presentarán unas rentabilidades superiores. Estos influjos de capital fortalecen al dólar y pueden debilitar al euro.
Cada vez parece más evidente que las diferencias entre la economía americana y la europea, junto a los diferentes caminos de los bancos centrales, conducen a la paridad del euro contra el dólar. Como apunte, la última vez que este cruce se situó en paridad fue en julio de 2002.
El objetivo es luchar contra una inflación desbocada
Por primera vez en 22 años, desde mayo de 2000, la Reserva Federal de Estados Unidos ha subido los tipos de interés en medio punto. Y, por si eso no bastara, ha alanzado el plan de reducción de su balance, que también implicará un aumento del precio del dinero. La doble decisión, que ya había sido anticipada por el mercado, se debe a las fuertes presiones inflacionistas que sufre la economía mundial por los problemas de la cadena de suministros global tras el ‘cierre’ de las economías debido al Covid-19 y, ahora, la guerra en Ucrania y las sanciones contra Rusia.
Pese a la subida, la política monetaria estadounidense sigue siendo enormemente laxa. Tras la decisión de la Reserva Federal, los tipos de interés quedan en una banda que oscila entre el 0,75% y el 1%, mientras que la inflación está en el 8,5%, según el IPC, o en el 5,5%, de acuerdo con el índice subyacente de gastos de consumo personal, que es la medición preferida de la Reserva Federal.
El comunicado del banco central en el que se comunica la decisión incluye una llamada de atención sobre la evolución de los precios, al declarar que la ‘Fed’ «está altamente atenta» a la marcha de la inflación. El mercado prevé que, dentro de seis semanas, cuando se produzca la próxima reunión de política monetaria de la Reserva Federal, suba también los tipos en medio punto, y ha descontado que los tipos de interés oficiales estarán en el 2,5% a principios de 2023.
Pero la ofensiva del banco central contra la inflación no se ha limitado a los tipos de interés. En una muestra de la gravedad de la situación, la Reserva Federal ha anunciado que a partir de junio empezará a reducir su balance. Eso significa un mayor endurecimiento del precio del dinero, ya que, con esa decisión, la ‘Fed’ coloca bonos en el mercado. Al aumentar la oferta de activos, es necesario que éstos ofrezcan más rentabilidad a los compradores, lo que en el caso de los bonos significa pagar un interés más alto. El balance de la ‘Fed’ se ha disparado, al igual que el de los demás grandes bancos centrales del mundo, como consecuencia de la compra de deuda pública e hipotecaria llevada a cabo durante el Covid-19 para poner más dinero en circulación.
Pero lo que centra la atención de los observadores no son las subidas de tipos, que ya están descontadas, sino en la marcha general de la economía. La clave es si un aterrizaje suave será posible o, por el contrario, la economía va encaminada a una recesión. Así, Allison Boxer, de la gestora de renta fija PIMCO, cree que la Reserva Federal va a tener que moderar sus subidas de tipos en la segunda mitad del año para evitar que EEUU entre en recesión.
El endurecimiento de la política monetaria y la súbita ralentización del crecimiento han tenido ya un impacto claro en la Bolsa. Los valores tecnológicos, como suele ser habitual en estos casos, han sido los más golpeados, con gigantes como Netflix y Meta (la antigua Facebook) perdiendo, respectivamente, casi dos tercios y la mitad de su valor en menos de seis meses. El NASDAQ, que es el mercado en el que las empresas de tecnología tienen más peso, ha caído más de un 20% desde su máximo de noviembre. El S&P500, que es el principal índice de las grandes empresas, ha caído un 13% en cuatro meses. La subida de los tipos y la invasión rusa de Ucrania también ha tejido impacto en el mercado de dividas, donde el dólar está en máximos de 20 años contra el euro.
Las empresas españolas no encuentran trabajadores para cubrir determinadas vacantes, sobre todo en las pymes
De seguir al alza, esto podría poner en riesgo la viabilidad de los negocios y la recepción de los fondos europeos
Con más de tres millones de parados resulta sorprendente que las empresas tengan problemas para encontrar trabajadores en España. Sin embargo, hay más de 109.000 puestos sin cubrir en nuestro país, según alertó hace unas semanas la patronal de las pequeñas y medianas empresas (Cepyme). Sectores como la construcción, la hostelería o el campo no consiguen personal cualificado para cubrir sus vacantes, una tendencia que, de seguir al alza, podría poner en riesgo no solo la viabilidad de los negocios, sino también la consecución de las inversiones comprometidas para la recepción de los fondos europeos.
“Que las compañías paguen más a los empleados, les ofrezcan mejores condiciones laborales y les den más motivos para trabajar”, apuntó la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, como posible solución a este problema. Sin embargo, según el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, “el problema es muchísimo más grave”, lo sufren diferentes sectores y en diferentes puestos, también aquellos con una mayor remuneración, por lo que a su juicio “no vale despejarlo con una frase de este tipo”.La patronal señala que hay más de 100.000 vacantes sin cubrir en España: «No encontramos mano de obra cualificada»
Es la gran paradoja del mercado de trabajo español: decenas de miles de puestos de trabajo están actualmente sin cubrir a pesar de que la tasa de paro en España se sitúa en el 13,45 %. Para el profesor de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) José Manuel Chamorro, esto se explica por el histórico desajuste entre demanda y oferta de trabajo. “Por un lado, el mercado no es capaz de dar respuesta a las necesidades de las compañías, pero tampoco de absorber las peticiones que existen por parte de algunos colectivos, como los jóvenes o los mayores de 45 años”, apunta a RTVE.es.
Déficit educativo, cultural y salarial
Pero, ¿por qué el mercado no puede responder a esta demanda? La causa principal de este déficit de trabajadores es la falta de las competencias formativas. “Hay un claro desacoplamiento de la política de formación con las necesidades de las empresas”, advirtió el presidente de Cepyme. Aunque, según el profesor de UDIMA, las razones podrían ser de tres tipos.
“La primera de ellas sí podría estar relacionada con ese déficit a nivel educativo, al no haber potenciado de manera adecuada los oficios de toda la vida. Esto se da principalmente en sectores como la construcción, el transporte o la industria”, explica el experto, quien lamenta que la Formación Profesional (FP) no se ha potenciado “hasta hace relativamente poco tiempo”, mientras que “se han priorizado” los estudios universitarios. “De esta forma, la demanda que existe no puede ser atendida porque no hay suficientes profesionales preparados”, recalca.
La segunda causa está muy relacionada con este factor: es la influencia de tipo cultural y generacional, y que afecta en mayor medida al sector primario, aunque también podría darse en el secundario. Según Chamorro, “la gente joven ha decidido marchase a las grandes ciudades a formarse en estudios que poco tienen que ver con las necesidades que pueden tener en los en los pueblos”, con el consiguiente abandono de los negocios familiares. “Además, son pocos los jóvenes que ven realmente una oportunidad de empleo en actividades como la agricultura o la ganadería”, añade.12.34 minPor tres razones – Erasmus agrario: jóvenes agricultores y ganaderos que viajan – escuchar ahora
En último lugar toma relevancia las palabras de las palabras de la ministra de Trabajo: en España existe un problema de baja remuneración respecto a otros países. “Por ejemplo, las organizaciones sanitarias, sobre todo a nivel privado, están encontrando muchas dificultades para conseguir personal con conocimientos de este tipo porque por las condiciones que ofrecen otros países, sobre todo europeos, son mucho mejores”, explica el profesor.
Una brecha que ha incrementado con la pandemia
Pero en este fenómeno también influyen factores coyunturales. Y es que el parón por la pandemia ha empujado a muchos trabajadores a recolocarse en otros sectores más estables y con mejores condiciones, al no encontrar alternativa de empleo durante casi dos años, y también ha obligado a muchos trabajadores extranjeros a volver a sus países, ante la falta de oportunidades. “A nivel de reclutamiento y de selección no ha habido prácticamente oferta durante el 2020 y eso ha generado una especie de muro que es un poco el que se está desatascando ahora que hemos vuelto a la normalidad”, señala Chamorro.
Mientras que otros profesionales, en cambio, “se han quedado bloqueados en una situación de imposibilidad de acceso”, explica, sin capacidad para encontrar un nuevo empleo. Y, de cara el futuro la situación puede empeorar pues, según Cepyme, el 50 % de los puestos de trabajo en España corren riesgo de ser automatizados, mientras que se está acelerando la aparición de puestos de trabajo con nuevas funciones. Entre las categorías candidatas a desaparecer, muchas son ejercidas por los trabajadores con menor especialización.
El caso de los profesionales del sector tecnológico
Precisamente esta aceleración digital está provocando también problemas para encontrar personal en el sector tecnológico. Según aseguró esta semana el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, faltan 125.000 profesionales con formación digital y otras 26.000 de ciberseguridad. “Esa revolución tecnológica ha provocado un aumento repentino de profesiones que antes no tenían tanta relevancia y que ahora han pasado a ser absolutamente críticas y para las que no tenemos suficiente cualificación”, asegura a RTVE.es el director Global de Recursos Humanos en Allfunds Bank y vicepresidente de la Asociación Española de Directores de Recursos Humanos, Jorge Calviño.
El experto recuerda que, debido a la pandemia, los profesionales nos hemos tenido que «digitalizar a la fuerza de la noche a la mañana» y las compañías se han encontrado en apenas unos meses ante la inminente necesidad de contar en sus plantillas con profesionales capacitados con habilidades digitales y tecnológicas; mientras los órganos educativos siguen sin estar preparados para ello. «La gente no sale con una formación adecuada a las necesidades que tienen las empresas», critica.
A su juicio, esta falta de profesionales cualificados es un patrón que también se repite a nivel europeo: “Aunque la digitalización esté más desarrollada, todos compartimos la inversión de la pirámide de población, donde las tasas de natalidad cada vez son más bajas”. “Esto se va a agravar en los próximos años, es decir, la población va a seguir reduciéndose y algunos países van a sufrir mucho más que nosotros”, por ejemplo, en aquellos donde hay tasas cercanas al pleno empleo. “En estos casos se dará una hiperinflación de los salarios porque las empresas se van a robar empleados de unas a otras y el país será cada vez un poco menos competitivo”, zanja el experto.
Una de cada cuatro empresas afectadas
Ante este contexto, la patronal de la pequeña y la mediana empresa denuncia que la falta de trabajadores supone una pérdida de productividad y podría llevar a muchas empresas al cierre «por la falta de relevo generacional». Todo ello compromete «el futuro de la economía» y supone una posible destrucción del tejido productivo español «sobre todo en las zonas despobladas», señala su presidente, Gerardo Cuerva.
De hecho, una de cada cuatro empresas está percibiendo que está tesitura afectando negativamente a su actividad, tal como revela la última encuesta del Banco de España. En algunas ramas de servicios, como la hostelería, la información y las comunicaciones, y el transporte, esa proporción ronda el 30 %, aunque se ha observado un descenso moderado en el trimestre. Mientras que la peor parte se la lleva la construcción, donde se sitúa cerca del 40 %.
Precisamente esta escasez de trabajadores en el sector de la construcción «pone en riesgo», en palabras de Cepyme, la llegada de fondos europeos. Y es España se han comprometido con la Comisión Europea a rehabilitar 1,2 millones de viviendas hasta el año 2030 y, sin trabajadores, será difícil conseguir ese objetivo. Así lo pone de manifiesto a RTVE.es el director de Formación y Empleo de la Fundación Laboral de la Construcción, Javier González.
Su fundación se creó hace 30 años con el objetivo de formar a los trabajadores del sector de la construcción, mejorar las condiciones de seguridad y de salud en las obras y el fomento del empleo. “Y ahora nos vemos en la tesitura de que no logramos atraer a trabajadores al sector de la construcción en una coyuntura que está demandando mucho empleo”, lamenta. De hecho, muchas veces “les cuesta” hasta llenar los cursos con alumnado para proporcionar mano de obra al sector.
Según cuenta, los menores de 34 años actualmente representan solo el 18 % de los trabajadores del sector y hace unos años era el 43 %, lo que significa queestá cada vez más envejecido. Por no hablar de la falta de mujeres, un “mal” que afecta a toda Europa. “En España hemos alcanzado la media europea, estamos ahora 9,6 %, cuando estábamos normalmente por debajo del 9 %; si bien casi todas las mujeres las encuentras en planificación y dirección de obra, mientras que el porcentaje en producción es casi testimonial”, asegura el director.
La formación como alternativa
Para solventar la situación, las organizaciones empresariales y los expertos consultados coinciden en que la clave está en la formación. Según el director de Adecco Group Institute, Javier Blasco, el problema es que “no toda la formación más orientada hacia el empleo es la que normalmente se elige, o bien porque no hay oferta suficiente o bien porque todavía hay cierta inercia a optar por la formación universitaria”. Y es que, según sus estudios, la tasa de ocupación de la FP ya está por encima de la gente que tiene titulación universitaria cuando la población universitaria es exactamente el doble que la gente que tiene formación profesional.
“Con lo cual, es evidente que la gente necesita orientación porque tiene que saber que hay profesiones que son de FP que tienen empleo seguro, que incluso cobran salarios por encima de otras muchas profesiones con titulaciones universitarias y donde, además, hay una oportunidad enorme de la carrera profesional”, añade el experto a RTVE.es
Según los últimos datos de la EPA,tres de cada cuatro desempleados no tiene formación superior. O lo que es lo mismo: solo el 24,6 % de los parados tiene estudios universitarios o de formación profesional. “Hay un enorme desconocimiento y, sobre todo, una falta de orientación y de alguna manera un país no se puede permitir tener infrautilizado su talento, teniendo encima tres millones de parados”, explica el director de Adecco Group Institute.
En su opinión, “es tan vital comer como formarse”, pues “seguimos pensando que lo que estudiamos hace 20 años es lo que nos va a mantener de por vida o que hay sectores que no son para mí”. Y, ¿cómo conseguir cambiar esa situación?, se pregunta. “Es una cuestión cultural, pero la cultura se cambia a través de incentivos y de políticas activas de empleo. Y nosotros desde Adecco llevamos pidiendo muchos años colaboración público-privada: el partido no se puede ganar con la mitad del equipo y la otra mitad en el banquillo permanentemente”, concluye.
El paro baja en 86.000 personas hasta situarse escasamente por encima de los tres millones de desempleados, la cifra más baja para este mes desde 2008
El empleo crece, la contratación fija no deja de multiplicarse y los récords estadísticos empiezan a ser cada vez más efímeros. Un marzo histórico ha dado a paso a un pletórico mes de abril en el que se firmaron casi 700.000 acuerdos de carácter indefinido entre empresarios y trabajadores, la cifra más alta de una serie contable que se remonta a 2001; y por cuarta mensualidad consecutiva, el porcentaje sobre el total no ha parado de crecer hasta situarse en el 48,2%, aupado por el impulso de la reforma laboral. Pero la ebullición del empleo no se queda ahí: en el cuarto mes del año se superaron por primera vez los 20 millones de afiliados a la Seguridad Social en términos generales, sin el ajuste estacional; y el paro bajó en más de 86.000 personas, situándose escasamente por encima de los tres millones de desempleados (3.022.503), la cifra más baja para este periodo desde 2008.https://datawrapper.dwcdn.net/yUXYP/1/
Empieza a ser una realidad constatable, singularmente a tenor de los datos que han publicado este miércoles los ministerios de Trabajo y Seguridad Social, que los estertores de la pandemia y la subida de los precios no han contaminado al mercado de trabajo. Mes tras mes, el número de contratos crece, y entre ellos especialmente los fijos. En abril se firmaron un total de 1.450.093 acuerdos, de los cuales 698.646, el 48,2% ―prácticamente uno de cada dos―, tenían carácter indefinido. Sumando todos los contratos de estas características que se han firmado en 2022, el total para este año se acerca ya a los dos millones (1.767.836), y se coloca un 181,55% por encima del cómputo total que arrojaron los mismos cuatro meses de 2021. Casi el triple.
La cifra de abril no es baladí, en tanto que evidencia una tendencia alcista iniciada en enero ―ya bajo el cobijo de la nueva normativa laboral―, y que al comienzo del segundo trimestre se ha triplicado. Si en enero, recién estrenada la reforma, los contratos fijos representaron el 15% del total (subieron un 5% respecto a la media de 2021), en febrero crecieron hasta el 22% y en marzo llegaron al 31%, en las siguientes cuatro semanas sumaron 17 puntos porcentuales más, dando lugar a la mayor subida en lo que va de año.
“Los datos son espectaculares”, ha indicado la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. “Aunque España tiene un grave problema estructural de paro, hemos de reconocer cuando las cosas van bien. La reforma laboral ha cambiado el paradigma de contratación del país, y esto no es pequeña cosa”, ha añadido durante un desayuno informativo.Conoce en profundidad todas las caras de la moneda.
Según las tablas de Seguridad Social, los contratos de muy corta duración (de menos de siete días) han seguido cayendo también en abril: han pasado de suponer el 75,8% del total de los firmados en el mes de abril en los ejercicios previos a la pandemia, a representar mucho menos de la mitad, el 28%. Un cambio de paradigma al que acompaña una mayor supervivencia de estos acuerdos: mientras que en años anteriores solo el 8,4% de los contratos firmados desde el inicio del ejercicio seguían vigentes en marzo, ahora el porcentaje se ha elevado hasta el 46,7%.https://datawrapper.dwcdn.net/R656R/1/
Este cambio en la cultura de la contratación, objetivo primario del marco laboral acordado por Gobierno, sindicatos y patronales, se ha extendido, además, por todos los sectores, aunque lo ha hecho muy especialmente en la construcción y la agricultura, dos nichos en los que la tasa de temporalidad ha sido tradicionalmente elevada. Por orden de representatividad sobre el montante de contratos realizados, los indefinidos en la obra ascendieron en abril hasta el 74% del total (cuando en marzo eran el 41%); mientras que en el campo llegaron a situarse en el 50%. En los servicios y la industria supusieron el 48% y el 34%, respectivamente.
La cuadratura del círculo del empleo en abril se consuma gracias al descenso en el número de parados, que ha caído en 86.260 personas con respecto al mes de marzo. Gracias a las contrataciones deSemana Santa, el mes ha relucido más que nunca en esta estadística en los últimos 14 años, mucho más si se compara con los registros del mismo mes de 2021, cuando había 888.125 personas más sin empleo.
La caída del desempleo ha sido generalizada por todo el territorio, aunque con especial brío en Andalucía (-33.072 personas), Comunidad de Madrid (-10.931 personas) y Baleares (-7.575 personas). Además, por primera vez desde 2008, el número de parados en Canarias se ha situado por debajo de las 200.000 personas (198.981). “Estamos logrando contener la incertidumbre de la situación actual”, ha celebrado el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey.https://datawrapper.dwcdn.net/AlhkT/1/
El paro también se ha reducido en todos los sectores con respecto a los datos del mes anterior. Lo ha hecho en 65.422 personas en los servicios (-2,98%), 9.544 en agricultura (-6,10%), 6.972 en construcción (-2,80%) y 4.340 en Industria (-1,71%). En cuanto a la comparativa por razón de sexo, aunque sigue habiendo más mujeres desempleadas que hombres (1.788.385 y 1.234.118, respectivamente), ambos grupos han experimentado una bajada de más de 43.000 personas con respecto a los datos de marzo.
El aliño perfecto para redondear el plato estadístico de abril proviene del número de afiliados a la Seguridad Social, que por primera vez ha superado la barrera de los 20 millones (20.098.119, concretamente) a final de mes, algo que no se había producido en los 22 años que contabiliza la serie histórica. Gracias a este espectacular incremento (+184.577), el nivel de empleo supera en 768.851 trabajadores al que existía en febrero de 2020, el último mes sin el influjo de la pandemia.
El alza se consolida y alcanza el 51,5% en los ejercicios de 2020 y 2021
En año de récord de recaudación, los ingresos no superan el 43,7%
Desde 2007 no hay superávit y se encadenan 14 años de desajuste
El gasto público de España bate récord y se instala por primera vez por encima del 50% del Producto Interior Bruto (PIB). El país acumula así dos años consecutivos -2020 y 2021- en los que el desembolso medio alcanza el 51,5%, tras rebasar todos los hitos históricos de gasto. Sin embargo, las cifras de ingresos no acompañan a los gastos y ahondan en el déficit público. En 2021, con récord de presión fiscal y de recaudación del Estado, los ingresos no han logrado superar el 43,7% del PIB.
Así lo ponen de manifiesto los datos de la Intervención General de la Administración del Estado. En 2020, el pasivo llegó al 52,4% del PIB y en 2021 al 50,6%. Desde 2007, España no ha tenido superávit, aunque el déficit entre 2017 y 2019 fue moderado.
El desajuste aceleró a partir de 2020 como consecuencia de la pandemia. Los años anteriores a 2019, el gasto se situaba en torno al 42% del PIB, casi diez puntos por debajo de las cifras actuales. En el año 2021, España cerró el déficit en el 6,76% del PIB después de firmar un 10,08% del año anterior.
Pese a la leve corrección del año pasado, el gasto en 2021 se situó un 15,8% por encima del de 2019, con un dinamismo notable de los componentes no ligados al Covid-19 (6,9% con respecto a 2020). Al mismo tiempo, la deuda pública se situó en el 118,4% del PIB, reduciéndose 1,6 puntos con respecto a 2020. Las últimas proyecciones del Banco de España (BdE), publicadas el pasado 5 de abril, anticipan una continuación en la mejora del saldo de la Administración. No obstante, el BdE calcula que permanecerá en niveles elevados en todo el horizonte de proyección.
El déficit estructural está en máximos en España y permanece en el entorno del 4%
Según un informe publicado ayer por el BdE, estas proyecciones -que no incluyen medidas de consolidación, al no existir todavía ningún plan aprobado al respecto- sitúan el déficit de las administraciones públicas en 2024 claramente por encima de su nivel previo a la pandemia, en consonancia con el déficit estructural español.
Precisamente, el déficit estructural -el que no depende de las fluctuaciones económicas si no de los gastos fijos- está en máximos en España. El FMI calcula que España ha salido de la pandemia con un saldo estructural negativo de hasta el 4%.
La cifra será difícil de corregir en el corto plazo. Según las estimaciones del Banco de España, en 2024 será todavía superior al 3%. En este sentido, la invasión de Ucrania ha supuesto no solo un escenario macroeconómico más negativo a corto plazo, sino también una mayor presión sobre el gasto público. Esto se ha traducido, de momento, en la aprobación por el Gobierno, a finales de marzo, de un Plan de choque que elevaría el déficit en 0,5 puntos del PIB, si bien su vigencia es temporal. Pese a ello, la deuda pública registrará un cierto descenso, hasta situarse algo por encima del 110% del PIB, como consecuencia del crecimiento del PIB nominal, que más que compensaría el efecto de los saldos negativos previstos en estos próximos años.
«En ausencia de un plan de consolidación y dado el previsible incremento de los gastos ligados al envejecimiento de la población, la deuda pública tenderá a mantenerse o a aumentar en años posteriores, lo que supone un claro riesgo para la economía española y para sus agentes», apunta el BdE en el informe publicado ayer. «Reforzar la sostenibilidad de las cuentas públicas españolas exigirá implementar con rigor un plan de consolidación fiscal plurianual», añade. «Dicho plan debería poner especial énfasis en la composición del ajuste entre los ingresos y los gastos, en tanto que esta resulta determinante para minimizar los efectos adversos sobre el crecimiento económico de una consolidación fiscal», concluye.
Subida de tipos
El déficit estructural de los últimos años estaba compensado por unos tipos de interés inferiores al crecimiento potencial de la economía. Sin embargo, el aumento de la inflación en la mayor parte de las economías emergentes llevó a los bancos centrales a acelerar, desde mediados de 2021, el ciclo de subidas de tipos de interés oficiales. Esto dio lugar a un fuerte repunte de los tipos de interés a largo plazo en moneda local, agudizado en algunos casos por tensiones sociales y políticas.
«De esta forma, este diferencial favorable puede ir desapareciendo en los próximos años», alerta el Banco de España (BdE). «Por eso, cuanto más se tarde en anunciar medidas que contrarresten el actual déficit estructural y los crecientes gastos por el envejecimiento de la población, más probable será que los agentes comiencen a desconfiar de la aplicación efectiva de dichas medidas o más probable será la aparición de una nueva perturbación económica negativa, a la que nuestra economía se enfrentaría con una limitada capacidad de maniobra», añade.
Los bajos niveles de los tipos de interés registrados en los últimos años propiciaron un descenso continuado de la carga de intereses en porcentaje del PIB, al tiempo que el alargamiento del plazo medio de la deuda limita el impacto a corto plazo de aumentos en los costes de emisión. En un escenario base consistente con las últimas proyecciones de la economía española en el que los tipos de interés de mercado se elevan de acuerdo con las expectativas de los agentes, la carga financiera de la deuda dejaría de reducirse, en porcentaje del PIB en los próximos años, según apunta el Supervisor.
Por otra parte, la invasión rusa de Ucrania también pondrán presión sobre el gasto público a corto y medio plazo. «En concreto, la reducción de la dependencia energética exterior de Europa podría significar una aceleración del proceso de transición hacia un aparato productivo más respetuoso con el medio ambiente», destaca el Banco de España en su último informe sobre la estabilidad financiera de las cuentas españolas.
La energía es el factor que explica que el índice se disparara, ya que se encareció un 134,6% respecto al mismo mes del año anterior
os precios industriales en España aumentaron en marzo un 46,6% en comparación con el mismo mes del año anterior, casi cinco puntos y medio por encima del dato registrado en febrero y la subida más alta desde que arrancara la serie, en enero de 1976.
Los datos publicados este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan que la energía es el factor que explica que el índice se disparara en marzo, ya que se encareció un 134,6% respecto al mismo mes del año anterior, más de 18 puntos y la más alta desde que comenzara la serie. De hecho, la tasa de variación anual sin energía aumenta más de un punto, hasta el 13,7%, y casi 33 puntos por debajo de la del IPRI general. Se trata de la tasa más alta desde junio de 1984.
En los bienes intermedios, la subida fue del 22,9% (más de un punto superior que hace un año) y destaca en esta evolución la subida de los precios de los productos básicos de hierro y acero, así como los productos para la alimentación animal. Por su parte, los productos químicos básicos, compuestos nitrogenados, fertilizantes, plásticos y caucho sintético en formas primarias subieron el año paso más que este.
En cuanto a los bienes de consumo no duradero, los precios subieron un 8,6% en marzo respecto al tercer mes de 2021, más de dos puntos por encima del dato de febrero y con la subida en el segmento de la fabricación de aceites y grasas vegetales y animales como principal motivo. También sube, aunque en menor medida, el procesado y conservación de carne y la elaboración de productos cárnicos. Los bienes de consumo duradero repuntaron un 7,4% y los bienes de equipo escalaron otro 5,1%, según los datos del INE.
Los precios industriales no han dejado de escalar desde febrero de 2021, un 0,6% ese mes, el 6,4% en marzo, el 13% en abril, el 15,2% en mayo, el 15,4% en junio, el 15,6% en julio, el 17,9% en agosto, el 23,8% en septiembre, el 31,8% en octubre, el 32,2% en noviembre, el 35,2% en diciembre, el 35,9% en enero y el 41,2 % en febrero.
Por comunidades autónomas, se observa que este indicador en su tasa anual creció en marzo respecto a febrero en todas las regiones, sobre todo en Región de Murcia y Andalucía, con subidas de 13,2 y 11,7 puntos respectivamente. Por su parte, Comunidad Valenciana y La Rioja son las comunidades donde menos se incrementan sus tasas, con aumentos de 2 y 2,5 puntos respectivamente.
En tasa mensual, los precios industriales subieron un 6,6% debido al aumento del 15,2% en el sector energético, del 2,8% en bienes intermedios y del 2,8% en bienes de consumo no duradero.
Marca nuevos mínimos desde 2017: el dólar sigue siendo atractivo como refugio
Desde el inicio del año pasado, hace 16 meses, el euro ha empezado un periodo de rebajas que le ha llevado a perder un 13,5%.
En aquel momento el mundo se preparaba para empezar las campañas masivas de vacunación, y era prácticamente impensable concebir que la Reserva Federal estadounidense (Fed) estaría ya subiendo los tipos de interés, menos de un año y medio después. Pero así ha sido, y mientras la Fed está ya en pleno proceso de endurecimiento de su política monetaria, el Banco Central Europeo (BCE) está todavía varios pasos por detrás.
Las diferencias entre la situación económica de Estados Unidos y Europa, y de sus políticas monetarias, están pesando en la cotización del euro. Ha pasado de los 1,22 dólares en los que empezó 2021, a los 1,05 dólares. Ayer tocó este nivel, una cota que no visitaba desde hace más de 5 años, en marzo de 2017, y desde el que todavía podría profundizar aún más: cada vez más voces apuntan a la posibilidad de ver la paridad entre el euro y el dólar en próximos meses, si la situación no cambia.
Es el caso de Amundi AM, Acadian AM, Unigestión y National Australian Bank, cuatro firmas que, en declaraciones a Bloomberg, no descartan la posibilidad de que el euro pueda igualarse con el dólar próximamente. «Las perspectivas son todavía muy negativas», explican desde Acadian AM, quienes contemplan, incluso, la posibilidad de que el euro termine el año «en el entorno de los 0,85 o 0,90 dólares». Sería la primera vez, desde el año 2002, en la que el euro se iguala con el dólar estadounidense.
«Somos bajistas con el euro, y tenemos la paridad como el objetivo marcado para el final de este trimestre», reconocen desde Amundi AM.
El dólar saca músculo
La debilidad del cruce del euro con el dólar llega tanto por la vía de la divisa europea como por la de la estadounidense. El billete verde es el activo refugio por excelencia, y en un año en el que las bolsas y la renta fija están sufriendo un desplome importante, el capital busca al dólar.
«El rol del dólar en esta situación es crítico, especialmente teniendo en cuenta que suele comportarse bien cuando la economía estadounidense es más fuerte que la de otros países», explican desde Unigestión. «Cualquier escalada del conflicto Rusia/Ucrania, o una Fed todavía más agresiva, posibilitará que el euro caiga hasta la paridad», señalan. Las declaraciones del banco recuerdan la cruda realidad europea: hay una guerra en el Viejo Continente y, por el momento, desgraciadamente no parece que la situación vaya a resolverse próximamente.
El mes registra una aceleración de la creación de empleo respecto a meses anteriores y permitirá cerrar el cuatrimestre con 160.000 afiliados más
l dinamismo del empleo se mantiene en el mes de abril, que cerrará con un incremento de la afiliación a la Seguridad Social de unas 36.000 personas, según la estadística experimental de afiliación quincenal de la Seguridad Social presentada este jueves por el ministro de Inclusión, José Luis Escrivá. La cifra supone una aceleración de la creación de empleo respecto a los dos meses anteriores y permitiría cerrar el primer cuatrimestre de 2022 con un crecimiento de la afiliación de 160.000 personas. Por primera vez, la afiliación diaria se sitúa por encima de los 20 millones de afiliados.
Escrivá ha destacado que este incremento de la afiliación se está produciendo “en un contexto especialmente complejo, por la guerra de Ucrania y sus efectos”. “En el que el final de los ERTE y las prestaciones de autónomos vinculadas al COVID tampoco están teniendo un reflejo negativo”. Además, continúan apreciándose, “e incluso acentuándose, los efectos positivos de la reforma laboral sobre la calidad del empleo. Se aprecia por tanto en el crecimiento de los contratos indefinidos como en la drástica reducción de los contratos de muy corta duración”.
Evolución de la afiliación
“El mercado laboral mantiene el tono positivo de los últimos meses y en abril la afiliación diaria ha rebasado por primera vez en la historia la barrera de los 20 millones de afiliados”, ha anunciado el ministro Escrivá. En este sentido, ha destacado que la Seguridad Social cerrará el mes de abril con 19,994 millones de afiliados en términos desestacionalizados. Con la creación de 36.000 empleos en el mes.
La cifra supone un mayor dinamismo del mercado laboral que en los dos meses anteriores, a pesar de la incertidumbre de la guerra, y permitiría concluir el primer cuatrimestre del año con 160.000 nuevos empleos.
Escrivá ha destacado también que, respecto al cuatrimestre anterior, el número de afiliados ha crecido en 230.000 personas. Supone “un comienzo de año mejor de lo que fueron los años previos a la pandemia”. Con el incremento del último mes, el nivel de empleo supera en más de 500.000 trabajadores el que existía en febrero de 2020, antes del inicio de la pandemia.
Además, este incremento de la afiliación respecto al nivel previo a la pandemia se concentra en sectores de gran valor añadido, “muy innovadores”, según ha subrayado Escrivá, como la sanidad, las actividades científicas o la informática.
Escrivá ha destacado también que, respecto al cuatrimestre anterior, el número de afiliados ha crecido en 230.000 personas. Esto supone “un comienzo de año mejor de lo que fueron los años previos a la pandemia”. Con el incremento del último mes, el nivel de empleo supera en más de 500.000 trabajadores el que existía en febrero de 2020, antes del inicio de la pandemia.
Además, este incremento de la afiliación respecto al nivel previo a la pandemia se concentra en sectores de gran valor añadido, “muy innovadores”, según ha subrayado Escrivá, como la sanidad, las actividades científicas o la informática.
Territorialmente, prácticamente todas las comunidades autónomas ya superan el nivel de empleo previo a la pandemia y también lo hacen casi todas las provincias.
Mejora de la calidad del empleo
Por otra parte, José Luis Escrivá ha recalcado que “continúan apreciándose, incluso con mayor intensidad que en los meses anteriores, los efectos positivos de la reforma laboral sobre la calidad del empleo”. Uno de los indicadores de ello es el porcentaje de afiliados indefinidos, que en abril se sitúa en el 77% del total, seis puntos más de lo que era habitual en los meses de abril de antes de la pandemia y una brecha mayor que la registrada en los tres meses anteriores.
Este comportamiento “se aprecia incluso en sectores en los que suele haber un mayor nivel de temporalidad, como construcción, alojamiento o actividades administrativas de oficina”.
800.000 contratos indefinidos más de lo habitual
Además, en abril, con la plena entrada en vigor de la reforma laboral, se ha acelerado el número de contratos indefinidos, ampliándose en 800.000 su diferencia con años anteriores. En ese incremento también se incluye el repunte de los contratos fijos discontinuos, que se refuerzan con la reforma laboral.
En cuanto a los contratos de muy corta duración, Escrivá ha subrayado que “continúa la drástica reducción de los contratos de menos de una semana tras la entrada en vigor del nuevo desincentivo el pasado 1 de enero”; han pasado de ser casi el 70% de los contratos a poco más del 30%. En concreto, los contratos de un día han pasado de suponer el 34,1% de todos los que se firmaban en un mes al 14,3%. Además, el porcentaje de contratos que siguen vigentes a 12 abril entre todos los firmados desde el inicio del año ha crecido exponencialmente, pasando del 7,7% al 43,9%.
Asimismo, entre los contratos que se han extinguido antes del 12 de abril, la duración también es mucho mayor de lo que era habitual, acercándose a los 15 días de media, frente a los 11,9 días de media de promedio de antes de la pandemia.
“Este cambio de patrón estructural en el mercado de trabajo se está consolidando conforme avanza el año”, ha destacado el ministro Escrivá, de forma que el incremento en la duración de los contratos se sostiene pese a la llegada de meses de contratación estacional. La mejora en la estabilidad en el empleo se aprecia en todos los sectores, pero especialmente en los sectores donde los contratos tenían menor duración, como actividades artísticas y recreativas u hostelería. En definitiva, ha puntualizado Escrivá, “un cambio estructural extraordinario en el mercado de trabajo con la reducción de la precariedad como consecuencia de la reforma laboral”.
La riqueza de los europeos podría ser 1,2 billones más alta eligiendo mejor
Se podrían incentivar ayudas para que las empresas oferten cursos financiero
Si entre 2008 y 2019 los europeos hubiesen reducido su participación en los depósitos del 41% al 30%, invirtiendo así en fondos de renta variable y renta fija, su riqueza financiera habría sido 1,2 billones de euros más alta.
Es la conclusión de la Asociación Europea de Fondos de Inversión (EFAMA) que viene a poner sobre la mesa, una vez más, la importancia de que los ciudadanos se eduquen financieramente para poder tomar decisiones que contribuyan a su bienestar financiero.
«Los cambios demográficos, socioeconómicos y financieros, como el rápido envejecimiento de la población y las consecuencias de la crisis han ejercido una presión cada vez mayor sobre los sistemas de bienestar«, apunta Flore-Anne Messy, jefa de la división de Seguros, Pensiones Privadas y Mercados Financieros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Como resultado de estas tendencias, añade Flore-Anne Messy, «se espera que cada vez más los consumidores asuman una mayor responsabilidad personal por su propio bienestar financiero. Esto implica que necesitan habilidades financieras», sobre todo teniendo en cuenta que una mala toma de decisiones «puede tener un impacto duradero, tanto en los consumidores como en la sociedad».
A este respecto EFAMA ha publicado un informe en el que recoge las diferentes iniciativas para impulsar la educación financiera en Europa. Entre ellas, se incluyen la llevada a cabo por la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensión (Inverco).
Flore-Anne Messy: «Los cambios demográficos, socioeconómicos y financieros y las consecuencias de la crisis han ejercido una presión cada vez mayor sobre los sistemas de bienestar»
Es el caso del programa «Rumbo a tus sueños» junto a la Fundación Junior Achievement. En esta segunda edición se beneficiarán más de 600 jóvenes a través de 25 programas a lo largo de varios centros educativos repartidos por todo el territorio nacional.
Los voluntarios de Inverco y sus asociados son los encargados de impartir esta formación desplazándose a las aulas. Durante tres sesiones explican a estudiantes de Formación Profesional conceptos financieros como la inversión o el IPC. El objetivo es ofrecer un espacio en el que los jóvenes reflexionen y tomen conciencia sobre la importancia de la planificación y de prácticas como el ahorro y la inversión para conseguir sus objetivos a corto, medio y largo plazo.
Otra de las iniciativas que destaca el informe de EFAMA son los videos que desarrolla Inverco en colaboración con AFI, que resumen los contenidos alojados en la web «Que el ahorro te acompañe», con la que se busca contribuir a la educación financiera de los ciudadanos en el ámbito de las pensiones, la jubilación y el ahorro de una manera didáctica y cercana.
A este respecto, entre los temas que se han resumido en estos videos se sitúan el efecto de la inflación a largo plazo, las ventajas de ahorrar regularmente, el interés compuesto o el ahorro para contingencias.
Hacia un futuro mejor
Abordar el reto de la capacitación financiera de la sociedad debe ser una prioridad. Desde EFPA España recomiendan seis estrategias que se pueden acometer para revertir el hecho de que la evaluación de los conocimientos financieros de los españoles es de un 4,5 sobre 10 de media y solo un 49% de los asesores financieros aprueba a los ciudadanos en este ámbito. En primer lugar, contar con un programa de formación financiera obligatoria en todas las etapas educativas. Desde EFPA señalan que debería arrancar con un programa muy básico en la educación primaria, escalando hacia programas de desarrollo más avanzado en la secundaria y el Bachillerato, incluso hasta la educación universitaria y la Formación Profesional».
En segundo lugar, la asociación apuesta por fomentar la educación financiera dentro de la empresa. En este sentido, se podrían poner en marcha desgravaciones u otro tipo de ayudas específicas para que las compañías fomenten el desarrollo de cursos de educación financiera en sus plantillas y que este sea exportable a otras empresas más pequeñas, donde los recursos son más limitados.
Otra de las medidas interesantes sería promover un plan específico desde las Administraciones Publicas, con el apoyo de la empresa privada, para fomentar las buenas prácticas financieras en las redes sociales y en los medios de comunicación de carácter público. Puede convertirse en una herramienta ideal para alcanzar a un target de usuarios de generaciones más jóvenes.
Por otro lado, desde EFPA España proponen actualizar y adecuar a las circunstancias actuales la calculadora de la Seguridad Social. «Sería conveniente que las propias empresas y las patronales y asociaciones que agrupan a diferentes colectivos de profesionales activen mecanismos para facilitar a sus trabajadores el acceso a ésta y otras herramientas similares de cálculo de la pensión pública».
En quinto lugar, debería implicarse a las fintech y otras entidades para llegar a público joven, ya que se alzan como un player fundamental para ser el aliado en la mejora de la educación financiera y por su capilaridad y accesibilidad para llegar a un amplio espectro de ciudadanos.
Por último, hay que dar mayor importancia al behavioral finance entre los profesionales, ya que deben entender cómo los factores psicológicos, culturales y sociales de los clientes afectan a su comportamiento económico y a la hora de tomar decisiones de ahorro e inversión. «Conviene potenciar este ámbito de conocimiento en todos los grados, programas, master y cursos enfocados para profesionales del sector financiero», concluyen desde EFPA España.
Los consumidores españoles son los que más priorizan el precio en el continente
Los consejeros delegados de la alimentación alertan de que 2022 será peor que 2021
España es el país de Europa donde más cayó el consumo el año pasado. Según un estudio elaborado por la consultora McKinsey y la patronal Eucommerce, las ventas disminuyeron un 7,4% frente al 0,6% de promedio en Europa. Frente a lo que ha ocurrido aquí, Polonia registró un crecimiento del 3,2%; Italia del 2,3%; Países Bajos del 0,9% y Suecia, por ejemplo, del 0,4%. En Francia, Reino Unido o Portugal sí que hubo caídas, pero mucho menores a las del mercado español, del 2,2%; el 1% y el 0,1%.
La razón principal de esta merma radica a la recuperación de la hostelería y el consumo fuera del hogar y a que en 2020 se produjo un acaparamiento durante las primeras semanas de la pandemia, que se ha vuelto a repetir con la invasión rusa de Ucrania y el paro de los transportistas.
En conjunto, en 2021 las ventas en volumen se desplomaron un 8,3% en España, frente al 0,1% de caída solo de media Europa, aunque siguen aún por encima de los niveles precios al Covid-19. Ignacio Marco, socio senior de McKinsey alerta, además, que «de cara a 2022, según las encuestas con los consejeros delegados de 60 empresas de alimentación que hemos llevado a cabo, se espera que las condiciones de mercado empeoren«.
Crecimiento del descuento
Y en ese entorno destaca especialmente el crecimiento de las tiendas de descuento. «El año pasado los retailers y los discounters online continuaron superando al mercado, con un aumento de los ingresos online del 8,8% en toda Europa en comparación con 2020″.
María Miralles, socia senior también McKinsey, resalta de hecho pese a la caída de las ventas en el último año en las tiendas el crecimiento que se está produciendo del canal online. «Con respecto al canal online sin embargo, observamos un aumento de 3,3% de los ingresos el año pasado, siendo el único canal que experimenta crecimiento debido al cambio en los hábitos compra de los consumidores, muy beneficiado por la pandemia», asegura. La escalada de la inflación comienza además hacer estragos entre los consumidores españoles.
El 48% realiza sus compras atendiendo al precio de los productos y las ofertas y promociones de los mismos. Son cuatro puntos porcentuales más que en 2021 y seis por encima de Europa. Según McKinsey, este año se presenta con dos tendencias claras. Por un lado, la fuerte presión sobre los márgenes a raíz del aumento de los costes y la reducción del poder adquisitivo de los consumidores, con hogares buscando alternativas y promociones más baratas y una mayor sensibilidad al precio. Y, por el otro, una demanda polarizada, con consumidores con ingresos altos que mantienen el crecimiento en productos saludables, sostenibles y premium, mientras que los hogares con menor renta disponible se reduce el gasto.
Beatriz Rastrollo, socia junior de McKinsey y coautora del estudio asegura que «los retailers de alimentación se enfrentan al triple reto de incorporar perfiles con habilidades muy demandadas por muchas empresas como son las tecnológicas, digitales y analíticas; invertir en el modelo de aprendizaje del personal actual para que puedan desarrollar con éxito unos roles que van evolucionando día a día; y mejorar la retención del talento interno en un sector con alta rotación».