Sustantivos: clases.

Nombre propio: designan a individuos y cumplen una función identificadora, es decir, señalan a un ser determinado entre los demás de su clase. Individualizan pero no clasifican: Juan, Pedro, María, lugares: Madrid, Barcelona, El Prado, La Giralda, La Alhambra, se escriben siempre en mayúscula.

Nombre común: denotan las características de un conjunto o clase de individuos, es decir, no identifican a un ser concreto: amor, casa, león, pez, hombre, río.

Nombre abstracto: son aquellos nombres que no designan objetos físicos o seres materiales, es decir, se refieren a ideas o conceptos: humor, paciencia, alegría, problema, entusiasmo, razón, manía, sabiduría, inteligencia, opinión, virtud, belleza, maldad.

Nombre Concreto: se refieren a entidades que pueden ser captadas por los cinco sentidos y denotan una parte o porción de materia: papel, cristal, mesa, tiza, agua.

Nombre individual: se refiere a un sólo ser: lobo, casa, niño.

Nombre colectivo: son aquellos nombres que hacen referencia a un conjunto: alameda, alumnado, pinar, humanidad, urbanización, ejército.

Nombre contable: se refieren a aquellas realidades que pueden ser cuantificadas: una mesa, un árbol, tres pájaros.

Nombre incontable: se refieren a aquellas realidades que no se pueden contar: agua, café, leche, arena, sal, azúcar.

Fuente:Wiki.

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