Gonzalo de Berceo. 53-2. Dejando de anotar en el tercer minuto del último cuarto (por 50 puntos de ventaja). El tanteo real fue algo así como 65-4. Si digo que ese equipo, en el primer partido, nos hubiese hecho un 50-0 en el segundo cuarto, a lo mejor acierto. Pero es que quien no se consuela…
Bueno, vamos a ver. Que no sobren las excusas:
Atenuante 1 : faltaron Andrea Díaz y Carla.
Atenuante 2: nos robaron muchos balones en nuestro campo, en tres contra uno y hasta en cuatro contra uno (defensa ilegal), y para más «inri», cuando su entrenador les gritaba que se retrasaran al medio campo.
Atenuante 3: el tiempo. La cancha estaba mojada (no, eso no, pero las muchachas no están acostumbradas a jugar tan temprano).
Atenuante 4: el árbitro influyó en el marcador (ellos metieron una canasta francamente injusta, fue pasos).
Atenuante 5: eran todos chicos, salvo dos chicas (que no eran precisamente mancas).
Atenante 6: tuvimos muy mala suerte en el tiro. Muchos fallos de muchos intentos. Mentira, fueron pocos los intentos, si hubiéramos tirado más, habríamos metido más (o no).
Que no, que nunca he sido un entrenador llorón. O sea:
Punto 1. Dominamos el rebote (y de manera abrumadora cuando saltamos, y si cogemos la posición correctamente, ya ni os cuento). Sobresalientes, en esta faceta, Lucía Sánchez Lasheras, Nicole Marinova y Andrea Parrondo.
Punto 2. La disciplina en ataque es francamente notable. La situación de las que jugaban de 4 ó 5 en las esquinas provocaba un agujero enorme en el centro de la defensa enemiga, que, sobre todo al final, facilitó enormemente las penetraciones. Destacaron en ese sacrificado papel Lucía Sánchez-Isasi, Marta Garrido y Teresa González. (Por cierto, ¿habéis notado que estas chicas saben perfectamente lo que hacer con el balón cuando les llega?)
Punto 3. La subida de la pelota muestra ya numerosos episodios de juego en equipo, con dejadas abundantes y pocos errores en el pase. Muy bien, en este sentido, Daniela Chirito y Camila Pajares que ayudaron lo indecible a sus compañeras.
Punto 4. El balance defensivo ya no solo depende de Candela Moreno (se merienda con patatas al que le toque) o de Carlota Escohotado. Ya se baja a defender con bastante velocidad ante las pérdidas de balón. Nicole, Daniela o Camila no son ya, ni mucho menos, esas chicas lentas y blanditas que yo conocía.
Punto 5. Las entradas a canasta de Carlota o de Lucía Sánchez Lasheras son espectaculares. Si entrasen ya sería tremendo. Y la efectividad de Nicole (nuestra máxima encestadora en lo que llevamos de temporada) es imbatible, de momento.
Punto 6. Por jugadas como la del último cuarto, con el pase de Carlota a Teresa y ésta penetrando con decisión por la línea de fondo y tirando bien (no entró de milagro), merece la pena pagar (sobre todo si tenemos en cuenta que eso precisamente lo hemos estado entrenando).
Y llegados a este punto, y en este preciso momento, os recomiendo echar un vistazo a mi próximo «post» de baloncesto (lo prometido es deuda) titulado: «Chicos… ¿Por que no?». Esta listo ya mismo.