Liga Interna 2016 – 17 (8)

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La pertinaz sequía

Entretenido partido el que nos brindaron 1ºH  y 4ºB, igualadísimo y con mucha tensión y muchas defensas. Tantas defensas, que aquello recordaba a la pertinaz sequía.

Eran otros tiempos, y el régimen se tiraba de los pelos, porque después de inaugurar pantanos y más pantanos, el cielo no acompañaba. Y es que no llovía. Y mientras algún cantautor insistía en ese «¡Que tiene que llover, tiene que llover…! (en otro contexto, claro), la pertinaz sequía seguía siendo el enemigo número 1 (más que El Lute).

La misma que pareció perseguir a unos cuantos excelentes tiradores (Carlos Nuevo, Hugo Flores, Ángel Riesgo, Sergio Valera) que, en las filas del equipo de 4º, infrautilizaron sus buenas cualidades ante la canasta contraria, haciendo que su equipo se quedase en 14 puntos al final. Tampoco se pueden ir de rositas sus rivales, pues Francis estuvo más seco que la mojama y Daniel Pascual, que ahora tira hasta las zapatillas, no brilló por sus buenos porcentajes.

Es decir que toca, mayormente, hablar de las excelentísimas defensas que hicieron ambos conjuntos (el «anti-baloncesto», como lo llaman algunos). Bueno, la verdad es que hay un dato, al revisar el Acta del partido, que sugiere que un equipo se empleó con más rigor (y/o firmeza) en ese sentido: las 19 faltas cometidas por 1º frente a las 8 de los que perdieron.

Los de 4ºB dominaron el primer tiempo, al que llegaron con cinco puntos de ventaja (5-10), gracias sobre todo a Iván Morrillas y Carlos Nuevo. Por los de 1º, solo Francis mantenía el tipo. En la segunda parte, los mayores dieron un vuelco al marcador, con Víctor Herranz y Daniel Pascual tirando del carro, mientra enfrente, solo Ángel Riesgo respondía. 18-14 fue el tanteo definitivo.

Los de 1ºH jugaron así:

Iván Herranz estuvo correcto en labores de intendencia, subiendo el balón y ayudando a que circulase, intentando ordenar el juego, como hacen los buenos capitanes. Su habitual aceleramiento, por tenerse que ir, se notó más esta vez, pues no solo ejerció de «cansino histórico», apremiando al árbitro, sino que se dio prisa por hacer las 5 faltas preceptivas (¡qué fea esa última antideportiva!)

Otro que se tuvo que ir fue Fidel García-Gesto, el profe, que también pagó los nervios de la clase que le esperaba a las cuatro. A pesar de su falta de suerte, rompió la zona contraria con eficacia y provocó una falta de tiro que le permitió anotar un puntito. En labores de dirección, acertado, como siempre.

Víctor Herranz fue el omnipresente oficial de suministros, ejerciendo de base y surtiendo de pases a sus compañeros. En defensa luchó mucho, y en ataque, su acierto se tradujo en dos valiosas canastas en el segundo cuarto.

Francis Núñez estuvo más colaborador que nunca. Ha descubierto que  su equipo ya no es la banda que se presumía y que le ponen ardor y hasta acierto en ataque. Prodigó poco su proverbial mareo de balón y brilló más con un par de asistencias que con el «yo me lo guiso, yo me lo como» a que nos tiene costumbrados. Metió 6 puntos que encauzaron la victoria de los suyos, a pesar de que estuvo sometido a un severo marcaje.

Rubén Marquina estuvo, como en él es habitual, luchador en defensa y seguro y rápido en ataque. Siguen dando escalofríos sus galopadas por la izquierda del campo botando con la derecha, aunque se las compone para que no se la quiten. Fue asombrosa su limpieza este viaje (¡ni una personal!).

Gonzalo Marín estuvo tan potente y correoso como de costumbre. Jugó con la templanza de un veterano, ayudando en el rebote y, esta vez, hasta se atrevió con la canasta contraria, aunque no tuvo suerte, pues recibió un tapón (¡eso no importa, estaba bien hecho, hombre!).

Antonio Blanco cogió rebotes, defendió bien y no le hizo ascos a sus habituales y espectaculares subidas por la banda, con acelerones y paradas en seco desconcertantes, aunque eficaces. Cerca estuvo de anotar (cada vez tira más finto, pero no lo suficiente).

Daniel Pascual, ya convertido en estrella, llevó, en gran parte del encuentro, el peso de su equipo. Su porcentaje en triples fue «más razonable» que en el último partido, pero no paró hasta que convirtió uno (y cuando más dolió a los rivales, en el último cuarto). 7 puntos en total, o lo que es igual, máximo anotador de los suyos y del partido (un refrescante chaparrón entre la pertinaz sequía).

En 4ºB se hicieron notar los siguientes individuos y/o personas:

Fran Tielas hizo una salida fulgurante, con una entrada a canasta que adelantaba a su equipo. Además de eso, defendió bien y estuvo correcto y seguro en el pase y el movimiento de balón, aunque algún triple se marchó a la grada.

Hugo Flores fue la mente pensante y organizadora de los suyos. Correoso defensor, pasador notable, no se prodigó en ataque, y se echaron de menos su lanzamientos a media distancia.

Iván Morillas destacó, el tiempo que estuvo, en defensa, en el rebote, y en la anotación. Cuatro puntos que dejaron el marcador, cuando se fue, en 5-10. El parcial para 1ºH, en su ausencia (13-4) lo dice todo respecto a su importancia en el juego.

Carlo Nuevo tuvo un comienzo también sobresaliente, como Fran. Su triple del primer cuarto hacía presagiar su esperada puesta de largo como estrella de la Liga, pero no fue así, porque no volvió a tener suerte frente al aro. Por lo demás, movió bien el balón y defendió con su ardor habitual.

Alberto Sebastián cumplió, una vez más, con su presencia, para ayudar a su equipo en labores  de apoyo a la subida y a la circulación del balón en ataque. No brilló, dado el escaso tiempo que jugó (ni siquiera tuvo tiempo de hacer ninguna falta).

Sergio Valera, el invitado especial, tuvo un debut más que afortunado. Su canastita (debió tirar más, es buen anotador), su tremendo tapón a Gonzalo y sus numerosos rebotes fueron solo lo más destacado de la estupenda actuación de alguien que parecía un veterano, más que un novato.

Ángel Riesgo pecó, esta vez de discreto. Se echó en falta su labor de liderazgo, tan eficaz en otras ocasiones. A pesar de ello, estuvo muy bien el ataque, con dos tiros libres encestados y un precioso triple. Un servidor, no obstante, se queda con su extraordinaria defensa a Francis, con el que tuvo un «pique» tenso pero vistoso (solo dos puntos desde que empezó a defenderle). Hay que decir que no es nada fácil mantener la calma con alguien delante de ti pasándose el balón continuamente entre las piernas.

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