Recientemente ha llamado la atención de los expertos alergólogos la aparición en nuestro país de un caso de alergia al colorante carmín E-120, presente en una innumerable serie de productos de uso habitual. El asunto pone en solfa la presumible inocuidad de estos ¿insignificantes? animales y pone en alerta a la comunidad científica sobre el uso indiscriminado de sustancias potencialmente peligrosas.
Añado dos interesantes artículos: el que describe lo sucedido a la chica canaria afectada y otro en el que se explica el proceso de obtención del colorante, sus aplicaciones y sus peligros.