Si existiese el adjetivo, el título sería correcto, pero como lo que está en cuestión es el sustantivo, no ha lugar, me puedo inventar lo que yo quiera. La Real Academia Española ya admitió el término recientemente, pero el asunto está preocupando seriamente a los geólogos, que son el «alma mater» en esto.
Ahora, lo que yo no sabía es que en una ciencia tan prestigiosa y reputada pudiera existir una polémica tan «política». Que haya geólogos «de derechas» y «de izquierdas» ya es la cuadratura del círculo. Y como esto me lo he inventado también, que los que escribimos tenemos licencia, como mínimo, para exagerar (o no), vayamos al meollo de la cuestión.
La opinión dominante hasta ahora es que estamos metidos hasta las trancas en esta nueva era geológica, y que pruebas y más pruebas se acumulan a favor de la hipótesis de que la Tierra ha cambiado de manera irreversible por causa humana. Esto es lo que decía el ABC hace 8 años, cuando todo el mundo estaba de acuerdo (o eso parecía)
Pues bien, en el contexto, quizás (una cosa más que me invento), de las teorías conspiranoicas tan de moda, unos cuantos estudiosos de la materia han efectuado una votación, más o menos oficiosa (y parece que «no vinculante», de momento), para eliminar el vocablo «antropoceno» de la terminología geológica.
El escándalo está servido. Os pongo aquí el enlace a la reciente noticia de «El País». Los sesudos señores de nuestra querida Academia deben estar estupefactos. Continuará…