Jornada 4
El exceso de confianza y la calma con que afrontó Santiago Prieto la partida con Yolanda García, y que desembocó en victoria rápida (¿es ésta la misma Yolanda que tuvo atado al tablero a Álvaro Granizo media hora la pasada semana?), le provocaron una falta de tensión notoria (dos derrotas amistosas, una contra el profe, pero la otra, dolorosa, contra su gran rival a partir de hoy, el mismísimo Álvaro.
Pero volvamos a la competición, porque tuvo «miga».
En el segundo tablero se vieron las caras Marta Vallejo y Silvia Rodríguez. El duelo estuvo más que disputado. Duró 45 minutos de reloj y tuvo que decidirse por puntos. Ganó la chica mayor, a pesar de haber ido perdiendo durante casi toda la partida. Marta parece que juega a ratos, muy concentrada a veces y con fallos tontos de vez en cuando. Silvia no deja de progresar, y jugar contra ella comienza a ser una tortura, con ese extremo cuidado con el que mueve. Eso sí, las dos se lo pasaron de fábula.
El Candidato
En la mesa de al lado se enfrentaron los «candidatos» Francisco Tielas y Álvaro Granizo. El derrotado no se puede decir que quede descartado (queda mucha «tela» que cortar), pero el ganador presenta ya una muy seria candidatura. Fue una sorpresa «relativa», la victoria de Álvaro Granizo.
Confieso que en los primeros análisis realizados parecía evidente que las negras tenían una gran jugada con mate inmediato. Observen ustedes la situación:
Negras: Álvaro Granizo
Blancas: Francisco Tielas
En el momento reproducido en el diagrama, la reina blanca acaba de comer el peón de b7, y amenaza con comerse de inmediato la torre rival. Esa ganancia de material igualaría, al menos aparentemente, el dominio estratégico de las negras. Las posibilidades de ataque del alfil de c1 (moverlo a g5) son escasas, con la dama negra donde está y el peón negro de f7 (que en cuanto se moviese a f6 provocaría la vergonzante retirada del alfil). Mejores jugads parecen Pf4¡ o Af4, con la posibilidad posterior de ayudar a su reina.
Las negras deberían tenerlo clarísimo y mover PxP¡, ante lo cual las blancas solo se salvarían con Cf4¡. Si las negras contestan Af5 defienden al peón pasado de morir a manos del caballo (que debería seguir donde está). El enroque O-O salva los muebles, en espera de poder dar buena cuenta de la torre de a8. Es decir, la clave de la defensa de Fran reside en el caballo.
Y es ahora cuando llega el movimiento que me desconcertó, porque en principio parecía un error. Tengo mis dudas de que Álvaro hubiese analizado previamente las posibilidades del caballo enemigo (estuvo pensando casi diez minutos, es decir, puede ser que sí), pero el caso, casualidad o no, es que movió AxC¡¡. Movimiento genial. El mejor, a pesar de las apariencias. Blancas responden PxA (no le corre prisa a su reina comer la torre), sin ver el inminente peligro. Y llega la puntilla: Negras mueven PxP¡. Fran mueve Rd2 y llega el mate: DxA++. Esta fue la posición final:
Grouchy en Waterloo
El desenlace de la cuarta partida deparó otra sorpresa (también relativa). Alberto Sebastián, en una situación de notoria inferioridad (estaba siendo machacado sin piedad por Pedro Sánchez), encontró un resquicio para el contraataque fulminante.
Y es que un ejército que pelea tiene perdón en la derrota, pero uno que permanece inactivo sin entrar en acción puede ser culpable de la debacle. Algo parecido a lo del mariscal Grouchy en Waterloo, persiguiendo (y perdiendo) al ejército austro-húngaro, mientras Napoleón era destrozado.
En la situación final de la partida se expresa bien lo que quiero decir. Todo el flanco derecho de las blancas encerrado y bien encerrado, y una estrecha, pero definitiva, vía de agua, en el izquierdo. No se puede negar que Alberto tuvo la suerte de su lado, pero supo maniobrar para conseguir el mate. Así fue:
Negras: Alberto Sebastián
Blancas: Pedro Sánchez