Con la llegada del verano llegan los deportes de playa. Podría haber puesto una foto de bañistas jugándose el tipo en alguna orilla australiana, pero eso no tiene nada de terapeútico, porque todos sabemos que el surf es un deporte de riesgo. Sin embargo, su utilización como ejercicio para el tratamiento de algunas patologías (la lista de enfermedades donde ha demostrado ser eficaz es larga) es menos conocida.
Lo último, su aplicación en el autismo, ese tipo de esquizofrenia infantil que azota a muchas familias. La mejoría de los niños afectados (y practicantes) es, según dicen los monitores (y los padres), evidente.
En el reportaje que os añado (con vídeo incluido) lo cuentan bien. Haz clic aquí.