El avance de la contabilidad nacional del segundo trimestre, publicado ayer por el INE, no da pistas de cómo se logró acelerar un poco más el crecimiento entre abril y junio (1% frente al 0,9% del arranque del año). Pero los últimos análisis de los principales servicios de estudios, como el del Banco de España, destacan el “elevado dinamismo” del consumo de los hogares, la “evolución favorable” del empleo o el “tono positivo” de la inversión privada. En su último boletín económico, los técnicos del Banco de España anticipan también una “ligera desaceleración” en la incipiente mejora de la construcción, o que el aumento de las exportaciones se ralentizó en mayo.
Por su parte, el servicio de estudios del BBVA, estima que la inmensa mayoría del crecimiento del segundo trimestre se debió a la demanda privada, mientras que el sector exterior “habría hecho una aportación marginal”. En una nota difundida ayer, BBVA Research añade que la “información disponible sugiere que la economía española continúa recuperándose en el tercer trimestre, si bien a un ritmo ligeramente inferior”, que sitúa en el 0,8% trimestral. La predicción de que el ritmo de crecimiento decaerá en la segunda mitad del año es compartida por otros analistas privados y el Banco de España. Pero si toca el pedal del freno este verano de forma tan leve como anticipa BBVA Research, está casi garantizado que el PIB crecerá más del 3% este año, cerca del último pronóstico del Gobierno de Rajoy (3,3%).
“La economía española está creciendo al 4% en tasa anualizada, que son tasas muy altas, y con una inflación inexistente”, subrayó el ministro de Economía, Luis de Guindos, en declaraciones a Onda Cero. “Se empieza a ver ya una salida a la crisis más larga que hemos tenido en nuestra historia más reciente”, añadió Guindos, quien se reafirmó en el pronóstico de que se crearán 600.000 empleos este año. El ministro insistió además en que considera factible alcanzar el nivel previo a la crisis (20 millones de ocupados) a finales de la próxima legislatura.