EL PAÍS.com 25-Ene-2018
España volvió en 2017 a crear casi medio millón de empleos. Es el cuarto año consecutivo. que dejan el número total de ocupados en los 18,9 millones, un 2,6% más que el año anterior. Desde que el mercado laboral tocó suelo a comienzos de 2014 se han creado algo más de dos millones de empleos, en concreto 2,047 millones, según la encuesta de población activa divulgada por el INE esta mañana.
Pero este ritmo continuado no ha sido suficiente para volver todavía a los niveles de ocupación anteriores a la crisis. Aún faltan 1,75 millones de empleos para volver al máximo tocado en verano de 2007. La tasa de paro acabó el año pasado en el 16,5%, una de las más altas de Europa, y el número total de desempleados sigue en 3,7 millones. Es decir, las heridas de la crisis aún siguen abiertas y para cerrarlas faltan, de seguir a este ritmo anual de unos 500.000 nuevos empleos, cuatro años completos al menos.
Hay más elementos, entre los divulgados por el INE en la encuesta de población activa, que inciden en esas heridas por sanar. Uno sería el alto número de hogares en el que ninguno de sus miembros tienen trabajo, 1,21 millones. De ese colectivo, 585.000 carecen de ingresos. La cifra, en paralelo con la mejora del mercado laboral, ha bajado en los últimos años, aunque también sigue muy por encima de la anterior a la crisis.
Los buenos datos de todo el ejercicio pasado no esconden que a finales de año se frenó la recuperación, algo que ya habían apuntado los datos de Seguridad Social. Tanto desde el punto de vista del empleo como del paro, lo sucedido entre octubre y diciembre muestran el peor comportamiento desde 2013.
Se destruyeron 50.900 empleos, algo lógico en otoño para un mercado estacional como el español, que en ejercicios anteriores no había sucedido así y que ha sorprendido a casas de estudios como Analistas Financieros Internacionales. En su pronóstico elaborado para la patronal de empresas de trabajo temporal (Asempleo), había vaticinado un retroceso de 25.000 empleos. También BBVA mostró su sorpresa: en su caso esperaba una caída de la ocupación de 33.700 puestos.
La misma desaceleración se aprecia en los datos desestacionalizados, en los que se eliminan los altibajos provocados en el mercado laboral por las temporadas turísticas o las campañas agrícolas. En ellos se ve que el empleo aumentó en un 0,39%, el dato más bajo de todo 2017 y uno de los más bajos habidos desde finales de 2014.
A primera vista no parece que este enfriamiento esté provocado por la crisis catalana, pues los datos de empleo en esa comunidad autónoma mejoran la media del resto de España tanto en la comparación anual (un aumento del 3,55% frente al 2,65%) como en la trimestral (en que la evolución catalana mejora en tres décimas la del conjunto del país). Y, además, los diferenciales entre España y Cataluña se mantienen sobre los mismos trimestres de años anteriores.
Otro elemento que se repite es el aumento de la temporalidad en el mercado laboral. Si a finales de 2016 los trabajadores eventuales suponían el 26,5% de los asalariados, al acabar el año pasado subieron al 26,7%. Sin embargo, en este punto hay un indicio para la esperanza. El tirón del empleo temporal cede. En 2017 hubo 537.200 contratados más, de ellos 358.000 son indefinidos, es decir, el doble que los eventuales. Este saldo es muy diferente que el del año anterior, cuando los temporales (226.700 más) superaron a los nuevos fijos (169.900).
Menos autónomos
Hay otros indicios que apuntan en la misma línea. Todo el empleo creado fue a jornada completa, mientras que en la parcial cayó. Y, además, menguó también la ocupación entre los trabajadores por cuenta propia, especialmente entre los que no tienen asalariados o los trabajadores independientes. Esto puede suponer que se redujo el número de falsos autónomos y de trabajadores por cuenta propia que ante la falta de quien les dé un empleo intentan ganarse la vida como pueden.
El análisis por sectores de lo sucedido en 2017 muestra que España todavía está absorbiendo buena parte del golpe recibido durante la crisis, ya que son aquellas ramas de actividad en las que más cayó el empleo donde ahora el mercado laboral mejora más. Es el caso de la construcción, que ganó 64.300 trabajadores, casi un 6% más, y la industria, que aumentó su mano de obra en 132.200 empleados, un 5,13%.
A pesar de estos importantes incrementos, sigue siendo el sector de los servicios el que más empleo genera (289.700). Algo lógico por su peso en el conjunto de la economía española y por la marcha de actividades encuadradas en ellos, como el turismo y la hostelería, que viven una época dorada