Por qué los aprendices deben volver a las empresas españolas

Resultado de imagen de cinco dias   Berlín 11 MAY 2019

Alemania exporta la FP dual contra la falta de mano de obra y el paro juvenil

Los alemanes ofrecen su sistema de Formación Profesional (FP) dual como una auténtica marca país, porque están muy convencidos de su bondad para su pujante economía y para la sociedad en general. Así, se podría pensar que la cultura de cursar FP dual obedece a cierta filantropía del empresariado alemán o a una tradición cultural. Pero el embajador alemán en España, Wolfgang Dold, lo tienen claro: “no es por generosidad de los empresarios, sino porque les es rentable y les compensa para su actividad”.

La FP dual en Alemania es un sistema de aprendizaje en el que el alumno alterna su asistencia a una escuela profesional, donde aprende un oficio manual, industrial o de servicios y, al mismo tiempo, trabaja en una empresa donde aprende la parte práctica. A los azubi (que es como se conoce a los aprendices en Alemania) se les hace un contrato laboral y reciben salarios que van desde los 500 hasta los 1.400 euros brutos mensuales, dependiendo de la profesión, la región y el curso. La alternancia entre el la escuela y la empresa es muy variada pero por lo general las pymes y las profesiones artesanales tienen al aprendiz unos días a la semana y el resto van a la empresa. Mientras que en las grandes empresas y profesiones industriales o de servicios la alternancia es semanal: una o dos semanas en la escuela y las tres o cuatro siguientes van a trabajar.

Este tipo de formación de aprendices tiene un tradición centenaria en Alemania pero una de sus claves de éxito es su dinamismo, cada año surgen nuevas profesiones y hoy se pueden estudiar 330 en ese país. Las empresas y los sindicatos son los que elaboran y actualizan el contenido lectivo y práctico de estos títulos. Una tercera pata del sistema lo conforman las Cámaras de Comercio e Industria que supervisan el trabajo de estos aprendices.

Las grandes cifras de la FP dual alemana son rotundas. Más del 60% de los jóvenes la escogen cuando terminan el noveno o décimo grado de su educación obligatoria (a partir de los 16 o 17 años por lo general). El joven es el que se tiene que buscar su plaza en una empresa cursando una solicitud y pasar, a veces, duros procesos de selección, ya que se pueden presentar centenares o incluso miles de solicitantes para una decena de puestos. Los cursos duran entre dos y tres años y medio y al terminar deben aprobar un duro examen teórico y practico.

Siempre hay alrededor de 1,4 millones de aprendices en las empresas –una de cada cuatro participa en esta formación– y cada año sale una nueva promoción de medio millón de nuevos profesionales titulados. Entre el 60% y el 70% de ellos se queda a trabajar en la compañía que les ha formado. La tasa de paro juvenil en Alemania está en el entorno del 5,5% frente al más del 33% en el caso español.

En España, la FP dual existe desde 2015 y, aunque avanza con rapidez, aún no llega ni al 5% de las plazas totales de FP. Esto supone que existen ya más de 4.800 empresas participantes, que forman a 16.000 estudiantes, según la Fundación Bertelsmann que promociona este sistema en España.

Pero formar cuesta dinero a las empresas y eso desincentiva a muchas de ellas en España a participar de este sistema. El director senior de la Fundación Bertelsmann en Alemania, Clemens Wieland, explica que la FP tiene dos tipos de costes para las compañías: el sueldo de los aprendices y el tiempo de empleado senior que destina parte de su jornada a ser tutor de los estudiantes. Si bien, también produce ahorros como el valor añadido del aprendiz, la responsabilidad social que ejerce la empresa o el ahorro de costes de selección de personal.

“Al final, resulta rentable a todas las empresas y, lo más importante, todo el estudiante que busca una plaza de aprendiz en Alemania la termina encontrando y nunca termina en el paro”, asegura el director de la escuela profesional Max-Taut-Schule de Berlín, Michael Nitsche. En este centro forman a 2.000 estudiantes de FP dual, cuya profesión más estudiada es la de mecatrónico especializado en sistemas de calefación y reflijeración y la mayoría de sus aprendices trabaja en micropymes. Estos centros son de financiación pública, parte de ella de la UE.

Además, es bastante común que una empresa o varias sean quienes financian la maquinara con la que aprenden los estudiantes. “A veces es el propio proveedor de un sistema de ventilación, por ejemplo, el que regala a la escuela los aparatos”, indica Nitsche. Así se garantizan que en una zona todos los instaladores estén familiarizados con su marca.

Otras empresas tienen claro que su supervivencia pasa por la FP dual. El director de la fábrica de pan y respotería Beumer Lutum, Andre Wiegandt presume de que sus aprendices son los mejor preparados del Estado Federado de Berlín. Esta panadería artesanal cuenta con 150 trabajadores y 15 aprendices. En este sector los salarios se fijan en la negociación colectiva: y son de 565 euros brutos el primer año; 670, el segundo y 800 el tercero. Y pueden llegar a 1.000 euros si trabajan medio turno de noche o fines de semana. “No nos importa el dinero que cuesta formar a un aprendiz, porque no tenemos más remedio que hacerlo si queremos mantener la empresa abierta”.

Es más, «la queja más frecuente de los aprendices en otras empresas del sector es que se les usa para la limpieza y eso es un error; en nuestro caso, yo soy el que limpio y ellos hacen los trabajos”, asegura Kerar Al-Hakim, maestro panadero que empezó como aprendiz –solo dos de los 150 no cursaron FP dual—y hoy dirige la formación en esta fábrica.

Equilibrio entre empresa y escuela

La relación entre las empresas y los centros educativos es tan estrecha que, a menudo, los jefes de estos aprendices saben que han estudiado las semanas previas para aprovechar al máximo su trabajo. Esta es una de las cuestiones que en España se presenta más dificultades por las reticencias de gran parte del profesorado a que una empresa dirija su plan de estudios.

Los expertos alemanes explican también la importancia que tiene en este sistema algo que en España se cuida muy poco en los colegios: la orientación laboral temprana. En Alemania es obligatorio que todos los alumnos en el entorno de los 14 años hagan unas pequeñas prácticas de una o dos semanas en alguna empresa que ellos elijan, solo para conocer el ambiente de trabajo. Asimismo, existen las denominadas prácticas de un día o de “toma de contacto” en las que el alumno puede ir una jornada a una empresa para conocer las profesiones sobre las que tenga interés. Esto es muy importante por un dato: cuando los estudiantes alemanes terminan primaria apenas conocen el 10% de las profesiones existentes en el mercado laboral.

Emeneley Brand, de 20 años, fue a visitar la fábrica de motores para aviones que Rolls-Royce tiene en Blankenfelde-Mahlow (Brandenburgo, Alemania) cuando tenía 14 años durante el Girl’s Day (jornada que realizan en Alemania para promover las profesiones masculinizadas entre las chicas) y ahora es una de las aprendices de esta compañía. Brand está dos semanas en la empresa y una en la escuela. “Es la alternancia perfecta para mantener frescos los contenidos y ponerlos en práctica”, asegura.

También en sanidad

No obstante hay sectores, como el sanitario, en los que tradicionalmente no ha estado la FP dual presente, pero en los últimos años también se está introduciendo. Por ejemplo, en el hospital universitario de la Charité de Berlín, de los 4.500 trabajadores de enfermería que trabajan allí, unos 135 son aprendices, que fueron escogidos de entre más de 1.000 solicitantes.

En el caso de la sanidad, los financiadores de la FP dual son las compañías privadas de seguros de salud. Los responsables de enfermería de este hospital aseguran que necesitan con urgencia más aprendices y que aún duplicando su oferta de plazas formativas no cubrirían la demanda existente. Es sector sanitario ha estado menos abierto a la FP dual por las cosecuencias que podría suponer un error cometido por un aprendiz.

Sin embargo, Francka Schauer, una joven aprendiz berlinesa que eligió la FP dual de enfermería y trabaja en Charité asegura que “nunca ha oído comentarios negativos de los enfermos por estar siendo cuidados por un aprendiz, al contrario, creen que les dedicamos más tiempo que los enfermeros titulados”.

Los estudiantes de enfermería de este hospital berlinés cobran entre 1.000 y 1.300 euros brutos al mes, ya que el salario aumenta cada año; y se incrementa con complementos por fines de semana, festivos o noches. Si bien, estas mejoras salariales no son siempre posibles en el sistema de FP dual porque hay empresas, como por ejemplo Rolls-Royce que, si el aprendiz no ha cumplido la mayoría de edad, no le permite trabajar a turnos o trabajar de noche.

 

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