Desmitificar la educación financiera: «Solo sirve para invertir en bolsa»

elEconomista.es
13/10/2022
  • Se extiende a conocimientos y conductas que permitan tomar decisiones acertadas
  • Google endurecerá su política de anuncios para evitar los fraudes financieros

La educación financiera no está exenta de mitos, lo que hace que muchas personas miren con recelo este tipo de formación. Uno de los más extendidos es que aprender sobre finanzas está destinado única y exclusivamente a aprender a invertir.

Nada más lejos de la realidad. Como define el Banco de España, «la educación financiera va más allá de la mera disponibilidad de información y se extiende a los conocimientos, conductas y actitudes que nos permiten tomar decisiones financieras acertadas a lo largo de la vida, tener hábitos financieros saludables y conocer las oportunidades y riesgos de los productos financieros que contratamos (cuentas, tarjetas, créditos, hipotecas…)».

Es decir, este tipo de formación sí incluye el conocimiento de productos de inversión, pero va mucho allá. «Algo tan sencillo como hacer un presupuesto, fomentar el ahorro y conocer los riesgos que afrontamos cada día como consumidores para evitar el endeudamiento son la verdadera esencia de una educación que nos ayude a alcanzar una situación financiera más sostenible», señala Víctor González, Brand & Communications Director de Intrum.

En esta línea, Antonio Giraldo, vicepresidente de la Junta de Gobierno de la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (ASNEF) recuerda que hay que distinguir la educación/formación orientada a las inversiones, «con elementos técnicos muy concretos y en ocasiones complejos», de la educación financiera entendida como orientación para le gestión económica personal o familiar cotidiana. «Esta es la que ayuda a los consumidores a tomar decisiones de su día a día como pueden ser las diferentes opciones crediticias que tiene a su disposición, sean préstamos de financiación, tarjetas de crédito y, pese a ser productos de baja complejidad, a entenderlos y hacer un uso responsable de los mismos».

No en vano, como ponen de manifiesto los datos de una encuesta elaborada por ING, el 62% de los españoles reconoce que encuentra ciertas dificultades para comprender la documentación relativa a la contratación de una hipoteca. Un dato sorprendente en un país en el que más del 76% de la población ocupa viviendas en propiedad, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). «Como colaboradores del Plan Nacional de Educación Financiera, nuestro fin último es difundir la cultura financiera. La mayoría de los contenidos que se trabajan en nuestras actividades son básicos tales como el ahorro, presupuesto, los medios de pago o la seguridad en las operaciones financieras. Es importante resaltar que en ninguna de las actividades se hace referencia a ningún producto financiero, ni recomendación sobre formas de inversión», resalta Carmen Campos, coordinadora de RSC y Proyectos de Educación de Fundación Ibercaja.

Por su parte, Andrea Carreras-Candi, directora de EFPA España, indica que la educación financiera busca ofrecer conocimientos sobre «conceptos financieros básicos que afectan a la economía diaria de cualquier persona y también a saber manejar las herramientas que nos permitan discernir cuáles son las mejores prácticas y a dónde y quién debemos acudir antes de tomar cualquier decisión de inversión».

En esta misma línea, Nicolás López Medina, director de análisis de renta variable en Singular Bank, indica que «no se trata de convertir a todas las personas en expertos financieros, sino que adquieran la suficiente comprensión básica para desenvolverse con los aspectos financieros normales de la vida de una persona».

Una barrera al fraude

En un contexto como el actual, en el que la recesión económica no deja de llamar a la puerta, los fraudes económicos se disparan. Solo en 2021 Google bloqueó o eliminó más de 58,9 millones de anuncios que incumplían sus políticas de servicios financieros. De hecho, hace unos días la compañía anunció que las entidades que publiciten servicios financieros en España tendrán que demostrar que están autorizadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) o el Banco de España, entre otros reguladores. «Dar a conocer posibles fraudes, difundir la forma de reconocerlos o reforzar los elementos clave para garantizar la confidencialidad de los datos personales, son algunos de los conceptos que se transmiten en las actividades de educación financiera», explica Carmen Campos.

Muchas de las estafas o fraudes están relacionadas con el mundo de las criptomonedas, precisamente, por la falta de información que poseen los usuarios. Una realidad que preocupa principalmente entre los jóvenes.

«La falta de conocimiento de los fundamentos financieros y las leyes básicas de la economía hacen que los jóvenes y no tan jóvenes tengan unas expectativas poco realistas de los posibles rendimientos financieros. Además, esto les hace más vulnerables a los llamados «expertos financieros», apunta Lena Perepelova, fundadora de Women Investors Club y FunFinance Virtual Business School for Kids, quien añade que «comprender la naturaleza de la creación de las ganancias, las leyes de la oferta y la demanda y la conexión entre el riesgo y el retorno de una inversión ayudaría a cualquier persona dudar y rehusar de las promesas de dinero fácil y rápido«. El equipo de investigación sobre amenazas de Proofpoint está bloqueando una media de 1 millón de correos diarios sobre criptoestafas, llegando incluso a 2 millones en momentos de pico.

«En la actualidad, esta necesidad de educación financiera se hace aún más necesaria por el desequilibrio existente entre la ingente cantidad de información disponible sobre determinados productos y la escasa calidad de algunas de las fuentes», sostiene José Luis Manrique, director de Estudios y Estadísticas de Observatorio Inverco.

Por ejemplo, los conocidos como finfluencers (influencers financieros) viralizan contenidos que abarcan desde la inversión en criptomonedas, a trucos para ahorrar, mejores plataformas para iniciarse en el mundo de la inversión, análisis explicativos sobre conceptos complejos o contar su propia experiencia.

El problema surge cuando no son transparentes acerca de los contenidos patrocinados o no indican los riesgos asociados a los productos que promocionan. «Gracias a la educación financiera es más fácil detectar el peligro que conllevan este tipo de acciones y la realidad detrás de este dinero fácil, evitando caer en situaciones que pongan en riesgo la salud financiera», sostiene Víctor González. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ya ha mostrado su preocupación por la proliferación de consejos «disparatados» de inversión en estas plataformas.

«Muchas de las ofertas llegan a los jóvenes porque se difunden en internet a través de las redes sociales, prometen grandes rentabilidades y no citan los riesgos. Sin duda, con conocimientos financieros adecuados, podrían detectarse posibles fraudes. Para ello es importante que los jóvenes reciban formación financiera desde la etapa escolar», indica Isabel de Liniers, senior sales en DWS.

Según una encuesta realizada por Funcas, un 91% de los entrevistados (18-29 años) ha oído hablar de las criptomonedas. De ellos, un 12% afirma haber invertido algún dinero. De estos últimos, siete de cada 10 (71%) han dedicado a ello sumas por debajo de 501 euros. Aproximadamente una quinta parte (22%) afirma haber invertido entre 500 y 1.000 euros; el resto (7%) ha invertido más de 1.000, pero menos de 3.000 euros. «Información y asesoramiento son las únicas fórmulas de evitar resultados inesperados a la hora de invertir en vehículos como las criptomonedas», remarca Andrea Carreras-Candi.

«Es difícil de entender»

Otro de los mitos más comunes que rodea a la educación financiera es que es difícil de entender. Sin embargo, todo concepto es susceptible de ser explicado con sencillez. Por ejemplo, el Instituto de Estudios Financieros ha desarrollado Finnelis, un juego de mesa sobre finanzas domésticas para concienciar a los más pequeños de la casa sobre el valor de los productos y servicios y la importancia de hacer un consumo responsable y razonado.

Precisamente, otro de los mitos que rodea a este tipo de formación es que los niños y niñas no necesitan aprender sobre temas económicos, sobre todo, porque en la cultura española está mal visto hablar de dinero. Sin embargo, las finanzas van a acompañar a las personas a lo largo de toda su vida, por lo que, cuanto antes comiencen su formación, mejor preparados estarán para tomar decisiones más acertadas.

Que la educación financiera es solo para personas con altos patrimonios es otro de los mantras que no se cumple. La creencia de que solo cuando se tienen muchos recursos económicos es cuando hay que aprender sobre finanzas es un error nefasto. De hecho, hay personas con un alto nivel de ingresos que tiene una mala salud financiera porque no sabe gestionar su economía y personas con menos recursos que gozan de bienestar financiero.

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