21/03/2024
- La protección de las medidas postcovid forzaron una regularización masiva de la actividad informal.
- Hacienda ingresó 6.000 millones de euros más por el IVA, pese a las rebajas en energía y alimentación.
El escudo anticrisis que el Gobierno levantó a raíz del estallido de la pandemia redujo el porcentaje de economía sumergida hasta el 15,8% en 2022, un 1,5% por debajo de la media de la UE. Se trata de la mayor diferencia en los 20 años en los que se efectúan los registros. La protección que el Estado lanzó a partir de 2020 sirvió para que buena parte de aquellos que desempeñaban su actividad de espaldas a la Agencia Tributaria, optaran por regularizar su situación con la intención de acceder al auxilio procurado por Moncloa. «La prestación por cese de actividad para autónomos, los ERTES para asalariados o el IMV, habrían desincentivado el empleo informal», apuntan desde la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia.
También la caída del pago en efectivo y la presión de los inspectores de Hacienda, ayudaron a rebajar las transacciones no declaradas, cuyo mayor impacto se concentra en torno a los trabajos agrícolas, en determinados sectores de la hostelería o en transacciones de alquiler sumergido. El ministerio de dirige María Jesús Montero incrementó un 8,8% las inspecciones en 2022. Se llevaron a cabo más de 2.300, dentro de una estrategia de acoso y derribo al fraude fiscal, que continuará durante los próximos años. El asedio tuvo su impacto en la recaudación. La inflación se alió -en 2022- con los ingresos tributarios en todos los países de la Unión Europea; no obstante, en España crecieron por encima del resto. Lo hicieron un 14,4% más que en 2021. Una brecha que los expertos achacan a la persecución de Hacienda sobre la evasión fiscal.
Los ingresos directos alcanzados por la Agencia Tributaria en sus acciones de control se incrementaron un 16,6%, con especial atención a la recaudación procedente por el pago del IVA, que creció de forma inesperada en 6.000 millones, en un año -el 2022- en el que entraron en vigor la rebajas de impuestos a la energía y alimentación. «El porcentaje del consumo de hogares que tributa IVA creció entre seis y siete puntos sin que hubiese variaciones significativas de la normativa, algo que solo puede explicarse por afloramiento de la economía sumergida», revela el análisis difundido hoy por Esade y firmado por Francisco de la Torre, que recuerda que este alza de los ingresos se produjo a pesar de que «ni el PIB ni el consumo habían recuperado los niveles anteriores a la pandemia».
Los últimos datos difundidos por el servicio de análisis europeo, respaldan la acción del Ejecutivo de Sánchez. España ha conseguido recortar su economía sumergida un 1,1% en un año. El comportamiento en el resto de países de nuestro entorno fue muy diferente. La evasión creció en Francia un 1,1%; Italia marcó una tasa del 20,3%, tras sumar otro 0,1% en 2022; y Países Bajos vio elevar su economía irregular un 0,4%, hasta el 8,2%. Solo Portugal mostró una tendencia similar a la española. Consiguió rebajar su tasa en ocho décimas, hasta el 15,7%. El informe sobre la fiscalidad de la economía informal en la UE señala al año 2015 como un punto de inflexión, especialmente para España y Portugal, que comenzaron a reducir lentamente el volumen de su economía sumergida. En contra, Italia y Grecia no han conseguido domar su actividad informal. El documento lo achaca al sistema fiscal, al elevado número de autónomos y a las tasas de desempleo de estos dos países.
Objetivos a largo plazo
La ofensiva de Hacienda contra la economía sumergida continuará. «Mantenemos los objetivos de reducción progresiva de la economía sumergida de aquí a 2050», afirman fuentes del Gobierno. La meta es realista. Amortizado el efecto del escudo anticrisis, Hacienda quiere recortar la tasa ocho décimas en ocho años, hasta llevarla al 15% en 2030. El objetivo es más ambicioso en el largo plazo. La intención de reducir la evasión fiscal hasta el 12% en 2040, y al 10% en 2050.
La estrategia de Moncloa remará -además- a favor del cumplimiento de las reglas fiscales. La recaudación extraordinaria procedente de la regularización de parte de la actividad sumergida fue clave para recortar un punto el déficit público en 2023, año en el que el saldo negativo cayó al 3,7%, según anticipó ayer Pedro Sánchez. El departamento que dirige Montero prevé que los ingresos tributarios se eleven un 9% en 2024, hasta los 292.378, allanando el camino hacia la senda comprometida con la Comisión Europea. «Esto permite un mayor volumen de gasto público para atender necesidades sociales o una reducción del déficit público», recuerda de la Torre. Además, la prórroga presupuestaria limita la capacidad de gasto del Gobierno, incorporando un ajuste que será crucial para la estabilidad de las cuentas. Hasta 2023, el Ejecutivo ha conseguido reducir cuatro puntos la ratio de deuda pública, hasta el 107,7%.
Las inspecciones de la Agencia Tributaria reportaron 435 millones
Las inspecciones directas generaron 435 millones de euros, solo en regularizaciones de cuotas de ventas ocultas detectadas, según el ministerio. A ello se suman otros 122 millones en sanciones resultado de las más de 2.600 actas de inspección a un millar de contribuyentes. Aun así, el sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha) pide a los de Montero que redoblen los esfuerzos. Estima que unos 6.200 millones de euros anuales podrían recaudarse mediante una profunda reorganización de la Agencia Tributaria.
«Habría que insistir en lo que ha funcionado, es decir, las obligaciones de información de los medios de pago, intensificándolas y extendiéndolas a otros medios de pago que dejan rastro», apunta el informe de Esade que, no obstante, reconoce que el fraude se irá trasladando desde procedimientos más burdos hacia otros más sofisticados. De la Torre insiste además en que la medida más efectiva es «convencer a los españoles de que deben pagar sus impuestos».