Aprender conceptos financieros cuando somos pequeños nos ayudará a gestionar mejor nuestro ahorro en el futuro y a enfrentarnos a situaciones cotidianas relacionadas con nuestro dinero
“Los alumnos españoles suspenden en finanzas” o “Uno de cada cuatro estudiantes españoles de 15 años no sabe interpretar una factura”, fueron algunos de los titulares que leímos hace dos años cuando PISA publicó su último informe sobre competencias financieras. Desde el año 2012, la OCDE incluye en su evaluación internacional de los alumnos de 15 años un apartado sobre educación financiera, y en su informe de 2017 los estudiantes españoles volvieron a suspender, sacando, además peor nota que en el anterior.
En concreto, los jóvenes españoles obtuvieron una puntuación de 469 puntos, por debajo de la media de 500 puntos de los países analizados y por debajo, también, de los 484 que obtuvieron en el informe anterior. Entre las conclusiones del informe se destaca que casi el 25% de los jóvenes españoles no llegaba al nivel mínimo de competencia, lo que les impide tomar decisiones acertadas sobre el gasto cotidiano o, por ejemplo, reconocer una factura o utilizar una tarjeta de crédito.
Tras el estallido de la crisis financiera hace más de una década, la OCDE decidió incluir un apartado que analizara el conocimiento que tenían los estudiantes sobre conceptos financieros porque, tal y como señalan en el informe, “es esencial que los alumnos empiecen a desarrollar habilidades en el ámbito económico desde edades tempranas. Se trata de prepararles para vivir el día de mañana de manera independiente, para que comprendan el complejo contexto económico que les rodea y participen activamente en él, sabiendo desenvolverse y tomando decisiones inteligentes”.
El estudio de la OCDE volvió a poner de manifiesto una realidad que ya se venía denunciando desde hace tiempo y que, además, no es exclusiva de los más jóvenes: los españoles seguimos teniendo la educación financiera en asignaturas pendientes.
En 2008, el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores pusieron en marcha un plan para fomentar la cultura financiera de los ciudadanos españoles y dotarles de herramientas, habilidades y conocimientos que les permitieran tomar decisiones financieras estando más informados y con un mejor conocimiento.
De la ultima encuesta que ambas entidades publicaron en 2018 se desprende que un 40% de la población no entiende qué es la inflación, un 50% no sabe en qué consiste la diversificación del riesgo y casi un 60% desconoce qué es el interés compuesto. Otro dato llamativo que revelaba la encuesta es que el 50% de los españoles que compran acciones y el 80% de los que contratan fondos de inversión señalaron que para decantarse por dichos productos se basaron, principalmente, en la información proporcionada por el personal de la entidad o en los folletos de los productos.
¿Somos conscientes de lo que nos perjudica la falta de cultura financiera?
“La experiencia muestra que la educación financiera se ha convertido en una competencia clave en la sociedad del siglo XXI debido a la presencia constante en nuestras vidas de las finanzas personales y a la estrecha relación que estas tienen con el bienestar personal y social”, señalan en la encuesta de competencias financieras.
Para concienciar a la población de la importancia de tener conocimientos financieros y de las repercusiones reales que tiene para nuestro bolsillo no tenerlos, desde el año 2015 se celebra el primer lunes de octubre el Día de la Educación Financiera. En la celebración de este año, que será el próximo lunes 7 de octubre, tendrá lugar la final del concurso de conocimientos financieros, en el que han participado 334 centros escolares.
Y es que, entre las medidas que han puesto en marcha la CNMV y el Banco de España, se encuentra el desarrollo del programa escolar de educación financiera, en el que se han inscrito cerca de 500 centros de toda España -un 70% son colegios públicos, un 25% son concertados y el 5% restante son privados-.
Educar en finanzas cuanto antes para tomar mejores decisiones financieras a futuro
Desde Unicef señalan que “la educación financiera en los niños y los jóvenes es esencial para asegurar una población que sea capaz de tomar decisiones con conocimiento de causa”. Y lo cierto es que adquirir conocimientos desde la infancia nos ayuda a interiorizarlos y a entenderlos mejor y, sobre todo, a ponerlos en práctica en el futuro, algo que en finanzas resulta fundamental.
Comprender las implicaciones reales de conceptos económicos como la inflación es indispensable para saber qué efectos tiene sobre nuestro bolsillo y cómo podemos actuar en consecuencia. ¿Cómo vamos a invertir nuestro dinero si desconocemos cómo nos afecta la inflación? Si desde pequeños entendemos que la inflación ‘se come parte de nuestro dinero’ si lo dejamos inmóvil, actuaremos en consecuencia para no perder poder adquisitivo e invertiremos nuestros ahorros para, al menos, superar el objetivo de inflación (marcado en el 2% por el Banco Central Europeo).
La falta de educación financiera explica muchos de los comportamientos que vemos en la actualidad, como, por ejemplo, que el dinero que los españoles tenemos en depósitos y cuentas corrientes siga creciendo a pesar de que, en el actual entorno de tipos bajos, sean productos que apenas nos estén dando rentabilidad o que en el ahorro para la jubilación -cuando disponemos de un gran horizonte temporal por delante- apostemos por los planes de pensiones más conservadores.
Formarnos en finanzas, entender las ventajas y los inconvenientes de todos los productos financieros, así como sus riesgos, nos va a ayudar a gestionar mejor nuestro ahorro y a no llevarnos decepciones por haber tomado malas decisiones o por no haber logrado la rentabilidad final que esperábamos obtener.
La educación financiera también nos va a ayudar a desarrollarnos mejor en nuestro día a día a y a saber entender mejor los productos financieros, como las cuentas de crédito y de débito, los préstamos, las hipotecas y a gestionar mejor nuestro presupuesto.
Y aprender todo ello cuando somos pequeños nos va a despertar y a inculcar el hábito de ahorrar antes, lo que nos va a ayudar en nuestro futuro. Además, como recuerda Santiago Satrústegui, presidente de Abante, además de formar en educación financiera y en conocimientos económicos, tenemos que aprender desde niños que “el dinero es una parte importante de cualquier proyecto vital porque es el medio que nos ayuda a conseguir lo que para nosotros es importante”. Aquí entran en juego otros aspectos que no son tan técnicos y que tiene que ver con nuestras emociones y cómo nos dejamos llevar muchas veces por estas y pensamos solo en el corto plazo, lo que nos perjudica enormemente.
En definitiva, formarnos en finanzas y economía cuando somos pequeños nos ayudará a tener una actitud más crítica y realista de lo que pasa a nuestro alrededor y de las consecuencias que esos acontecimientos tiene en nuestro bolsillo. En un mundo lleno de incertidumbres en el que ya sabemos que vamos a vivir más años, tener conocimientos financieros y saber aplicarnos en nuestro día a día y en nuestra planificación financiera y vital es indispensable para vivir con éxito.