Las empresas con más conocimientos financieros tuvieron más liquidez y menos desempleo durante la pandemia, según una encuesta del Banco de España
El 20% de las pequeñas empresas en España desconoce cómo funcionan los plazos e intereses de los créditos, a pesar de que el instrumento de financiación más utilizado por ellos son los préstamos bancarios. Así lo ha revelado este viernes la última encuesta de competencias financieras del Banco de España, según la cual, las compañías de dos a cinco trabajadores son las que menos conocimiento tienen en este campo, con un 23,3%. En contraste, el 87,7% de las empresas de entre 20 a 49 trabajadores se manejan con los préstamos; se trata de una diferencia de 11 puntos porcentuales.
En general, las empresas más grandes tienen mayores conocimientos financieros que las de menos de 20 trabajadores, lo que posiblemente les ayudó a sobrellevar mejor la pandemia, pues según el informe, sufrieron menos impacto sobre el empleo y la falta de liquidez que aquellas pymes cuyos propietarios tienen menos competencias financieras. Y aunque el impacto en la facturación, los beneficios y la deuda ha sido parecido, ha sido diferente la forma en la que lo han afrontado.
Las empresas de mayor tamaño recurrieron a financiación externa a través de nuevos préstamos (66,1%) en mayor medida que las empresas más pequeñas. En cambio, aquellas con menos conocimientos en finanzas usaron más las transferencias de renta y las moratorias de alquiler. Por tamaño, las de cinco a nueve trabajadores fueron las que más se beneficiaron de programas de avales públicos (38,9%), ERTE (54,5%) y moratorias de impuestos (47,0%) y de alquiler (26,7%); mientras que las de menos de cinco trabajadores fueron las que más recurrieron a las transferencias de renta, con un 23,6% en el caso de las pymes de dos a cuatro empleados y un 14,3% en las de una sola persona.
La hostelería fue el sector que más recurrió a los ERTE, con un 56,6% de los encuestados. En cambio, solo un 9,4% de las empresas de servicios empresariales y un 12,7% de las compañías de información y comunicación se beneficiaron de este instrumento durante la crisis sanitaria. Este último sector fue el que mejores resultados obtuvo en conocimientos financieros y de hecho se situó, con un 89% de asertividad, por encima de la media general (83,8%). Por contraparte, las empresas de alojamiento, hostelería, construcción y otros servicios personales se situaron por debajo de ese umbral. En el caso del sector hostelero, por ejemplo, la media fue del 77,3%.
Entre las prácticas más extendidas entre las pymes está el control de los registros financieros (98,6%), el control de los datos y la información de manera segura (94,3%), y mantener cuentas separadas entre la empresa y el hogar (93,1%). No obstante, solo el 72,2% de las pequeñas empresas dispone de una estrategia en caso de robo y poco más de la mitad de los propietarios (55,3%) piensa en la financiación de su jubilación.
Las pymes de servicios de alojamiento y hostelería, así como las empresas de otros servicios personales, son las que menos comparan el coste de distintas fuentes de financiación (menos del 80%). También son, junto a la construcción, las que menos adaptan su planificación a los cambios económicos del país. Por otra parte, solo el 59,3% de las compañías de transporte, distribución y almacenamiento consideran distintos proveedores; 28 puntos por debajo de la media.
La encuesta destaca que más de la mitad de las pequeñas empresas utiliza préstamos bancarios (52,7%), lo que los convierte en los instrumentos de financiación más empleados, seguidos por las líneas de crédito (39,2%) y el leasing (27,4%). En el otro lado de la balanza están los bonos sostenibles, la financiación participativa, la oferta de criptomonedas y la financiación intermedia, cuyo uso es marginal.
Por tamaño de las empresas, las de menos de 10 trabajadores utilizan el préstamo bancario como principal fuente de financiación primaria. En cambio, las compañías más grandes los compaginan con las líneas de crédito. Entre los instrumentos de capital, las empresas de más de 20 trabajadores emplean en mayor medida que las pequeñas tanto las acciones cotizadas como el capital riesgo.
Dos datos excepcionales en octubre confirman que el mercado laboral sigue recuperando el aliento en plena recuperación económica. El número de afiliados a la Seguridad Social ha batido máximos históricos, con 19.690.590 cotizantes, y el dato de paro ha caído por primera vez desde 1975 en el décimo mes del año, con 734 desempleados menos.
El número de cotizantes en octubre se queda a 309.410 personas de los 20 millones pero ha superado dos hitos: el dato de julio de 2019, cuando la afiliación media se situó en 19.533.211 empleados, hasta ahora récord histórico.
En variación mensual, el dato actualizado este miércoles por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones mejora un 0,82% el de septiembre y suma ya seis meses con incrementos superiores al 3%. Si se tiene en cuenta la evolución anual, a cierre de mes había 700.226 cotizantes medios más que en octubre de 2020 (+3,69%).
En términos desestacionalizados, el número de afiliados a la Seguridad Social se situó en 19.662.163 personas en octubre, superando en 182.349 personas la cifra de ocupados de febrero de 2020, antes de que estallara la crisis sanitaria mundial.
El Régimen General, el más numeroso del sistema, ganó 156.267 afiliados medios en octubre (+0,9%), hasta un total de 16.302.669 ocupados. Ha sido la educación la que ha liderado el aumento de la ocupación por el inicio del curso escolar y académico, con 134.172 nuevos cotizantes respecto a septiembre (+15,3%). Tras la educación, destacan la Administración Pública, con 18.341 nuevos afiliados en octubre (+1,6%), y las actividades artísticas, que sumaron 18.048 cotizantes en el mes (+7,5%).
En el lado opuesto, destaca la caída de la afiliación en las actividades sanitarias, con 36.252 afiliados menos (-2%), así como el retroceso de cotizantes en la hostelería (-26.237 ocupados, -2%).
El Régimen de Autónomos también ganó ocupados en octubre, con un aumento medio de 4.453 afiliados (+0,1%), lo que situó el total de cotizantes por cuenta propia en 3.324.329.
Por territorios, en los últimos doce meses han incorporado ocupados todas las comunidades y la ciudad autónoma de Ceuta. Destaca el aumento de afiliados a la Seguridad Social en Islas Baleares (+16,68%). Tan solo la ciudad autónoma de Melilla registra un ligero descenso (-0,41%).
734 parados menos que hacen historia
En cuanto al paro, la leve caída de un 0,02% sobre el registrado en septiembre hace historia en un mes regularmente malo para el empleo y se acumulan ya ocho meses consecutivos de bajada (también es «inédito» este periodo de caídas encadenadas, remarcan desde el Ministerio de Trabajo).
A cierre de mes, el número de desempleados registrados en el antiguo Inem ascendía a 3.257.068 personas. Desde octubre de 2020 (mes en el que subió en 49.558 personas), el paro ha descendido en 568.975 personas (-14,87%); acumula ya tres meses con caídas en tasas por encima del 10%, algo que no sucedía desde el año 2017. A pesar del buen dato, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha recalcado que aún hay más de tres millones de personas en desempleo: «El Gobierno de España no se conforma. […] Vamos a mejorar, no ya las cifras, sino la vida de la gente», ha declarado en los pasillos del Congreso de los Diputados.
Javier Blasco, director del Adecco Group Institute, subraya que si bien las cifras son positivas tanto en la variable mensual como en la comparativa anual, «la caída del desempleo es diez veces menor a la del mes anterior».
En datos desestacionalizados, el paro registrado bajó en 80.065 personas en octubre.
Por sectores económicos, el paro subió en Agricultura, en 7.577 personas (+5,10%) y descendió en Industria (-847 parados o -0,32%), en Construcción (-4.523 o -1,74%) y en Servicios (-4.683 o -0,20%). El colectivo Sin Empleo Anterior sube en 1.742 personas (+0,63%).
Del total de parados, 1.328.489 son hombres tras subir en 2.926 (0,22%) en relación al mes de septiembre y 1.928.579 mujeres, tras descender el desempleo para este género en 3.660 personas (-0,19%). En la comparativa anual, ambos caen: el paro masculino en 294.269 (-18,13%) y el femenino en 274.706 (-12,47%).
Los menores de 25 años siguen bajo castigo
Por edad, el dato de octubre no es tan bueno para el desempleo de los jóvenes menores de 25 años, que ha registrado un aumento en 5.867 personas (2,34%) respecto al mes anterior; el paro de 25 y más años sí ha bajado, en 6.601 (-0,22%).
Sobre el mapa, el paro ha caído en ocho Comunidades Autónomas, especialmente en Madrid (-9.852), Canarias (-5.242), Castilla León (-2.774) y Comunidad Valenciana (-2.542). Al contrario, el número de parados ha aumentado en las otras nueve, con los mayores incrementos en Andalucía (8.600), Baleares (2.653) y Castilla La Mancha (2.611).
En rueda de prensa de valoración de datos, tanto el secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, como el de Seguridad Social y Pensiones, Israel Arroyo, se han mostrado «sorprendidos» y «optimistas» por la recuperación del empleo tras la pandemia.
Para Begoña Casas, profesora de Economía y Empresa de la Universidad Europea, el dato de octubre indica que «la salud del mercado laboral no se ha visto afectada por el cambio de estación y los buenos datos del verano se mantienen también en otoño, aupados en buena medida por la estabilidad de los casos de covid».
190.718 personas en Erte
Los trabajadores que se encuentran en suspensión de empleo o reducción horaria como consecuencia de un expediente de regulación temporal de empleo (Erte), no son contabilizados como desempleados. A cierre de octubre había 190.718 personas bajo esta herramienta, el nivel más bajo en pandemia. De media en octubre, se han registrado 198.041 trabajadores en Erte, un 21,65% menos que el mes anterior.
Según indican desde el Ministerio de José Luis Escrivá, respecto al último día de septiembre, se ha producido un descenso de 48.512 personas según la fecha de notificación y de 43.329 si se tiene en cuenta la fecha de alta.
El gasto en prestaciones derivadas de trabajadores en Erte alcanzó en septiembre (último dato disponible) los 228 millones de euros, frente a los 256 millones del mes de agosto y los 3.426 millones de euros del máximo alcanzado mayo de 2020, según datos de Trabajo.
Los contratos indefinidos suben un 30%
En octubre se registraron 1.892.584 contratos, un 22% más que en el mismo mes de 2020 de los que 198.496 fueron indefinidos, el 10,49%. Supone un aumento del 30,3% sobre octubre de 2020. De enero a octubre se han registrado más de 15,6 millones de contratos en España, un 19,3% más que en el mismo periodo de 2020, de los que 1,65 millones han sido indefinidos, un 26,9% más.
Dentro de los contratos indefinidos de octubre, los contratos a tiempo completo sumaron 113.447, un 33,1% más que en igual mes de 2020, en tanto que los contratos indefinidos a tiempo parcial totalizaron 85.049, con un avance anual del 26,8%.
Del resto de contratos suscritos en octubre, más de 1,68 millones fueron contratos temporales, de los que el 26,8% fueron eventuales por circunstancias de la producción a tiempo completo y el 24,8% fueron de obra o servicio, también a tiempo completo. Por su parte, los contratos temporales con jornada a tiempo parcial suponen el 33% del total.
El número de ocupados aumenta en 359.300 personas en el tercer trimestre de 2021 y la tasa de paro se reduce hasta el 14,57%
La salud del mercado laboral continúa en proceso de inmunización frente al virus. El número de ocupados aumentó en el tercer trimestre de 2021 en 359.300 personas, hasta alcanzar los 20.031.000, lo que supone no solo un aumento del 1,83% con respecto al trimestre anterior, sino la superación de la barrera de los 20 millones de ocupados por primera vez desde el cuarto trimestre de 2008, cuando comenzó la pasada crisis financiera.
El número de parados también se ha visto acompañado por la dinámica sanadora que está experimentando la economía española a lo largo de las últimas mensualidades. Entre los meses de julio, agosto y septiembre el paro cayó en 127.100 personas (-3,59%) hasta situarse en 3.416.700 desempleados y reflejar una tasa del 14,57%. Un porcentaje que sigue a la baja por cuarto trimestre consecutivo, según recogen los últimos datos publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a la Encuesta de Población Activa (EPA).
Mucho ha llovido desde los tiempos de la Gran Recesión. Y aunque la pandemia ha provocado un impacto mucho mayor en la economía mundial, la mejoría de la situación sanitaria, reflejada en la caída de la incidencia del virus, y acorde con el amplio despliegue de las vacunas que ha permitido una amplia inmunización de la población ha derivado en que el mercado laboral español vuelva a recuperar el fuelle.
“Este dato confirma que la recuperación del empleo, después del golpe intenso que ha supuesto una convulsión económica como la pandemia, ha sido muy rápida, teniendo en cuentra el comportamiento histórico de la economía española”, ha valorado el secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés. “El éxito de la campaña de vacunación nos coloca en una situación sanitaria buena. Seguimos en medio de una pandemia y el riesgo sanitario sigue siendo uno de los principales para el horizonte macroeconómico”, ha añadido.https://datawrapper.dwcdn.net/nDU9y/1/
El tercer trimestre del año, además, es tradicionalmente un buen periodo para el empleo, por aglutinar los meses de verano. Esta estacionalidad tiene su reflejo en el incremento de la población activa (personas de 15 años y más con disposición y disponibilidad para trabajar durante la semana anterior a la realización de la entrevista), y que en el tercer trimestre de 2021 creció en 232.200, hasta situarse en los 23.447.700 de demandantes de empleo. Según subraya el INE, este colectivo se ha incrementado en 547.900 personas respecto al tercer trimestre de 2020.
Este aumento del número de personas que buscan un trabajo (y que supone el 50,52% de la población activa) impacta directamente sobre el cómputo de la tasa de empleo (que toma como referencia el tamaño de este nicho), por lo que su incremento con respecto a los guarismos del segundo trimestre es algo ligeramente significativa, puesto que no llega al punto porcentual (+0,89%).
El número de personas ocupadas creció en 359.300 personas respecto al cómputo de los meses de mayo, abril y junio, y según apunta el INE ha aumentado en 854.100 en los últimos doce meses (+4,45%). La ocupación ha aumentado en todos los sectores, especialmente en los servicios, donde hay 377.200 trabajadores más; seguido de la industria con 63.000. Sin embargo, esta ha bajado en la agricultura (-49.600) y la construcción (-31.200).
En cuanto a los asalariados, como ya sucediera en el segundo trimestre, aumentan también en el tercero en 409.100. Por tipología de contrato, aquellos con contrato indefinido lo hacen en 145.000, mientras que los temporales vuelven a ser mayoría con 264.200. El mantenimiento de esta dinámica contractual provoca que la tasa de temporalidad siga sin reducirse y se extienda hasta el 26,02%, muy lejos de los niveles del resto de países de la Unión Europea (14%). Frente a esta circunstancia, desde CC OO han reclamado “una reforma a fondo de las medidas de contratación” que permita acaba “con la hiperflexibilidad” y “con la descausalización a la hora de contratar”.
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, se ha felicitado por los resultados de la EPA, haciendo hincapié en la progresiva reducción que viene produciéndose en el tramo final del año entre aquellos trabajadores acogidos a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). “Es de destacar que no solo se crea mucho empleo, sino que al mismo tiempo los trabajadores que están en ERTE se incorporan”, ha subrayado. Según los últimos datos trasladados por Seguridad Social, a 15 de octubre 208.847 trabajadores se mantenían todavía bajo este mecanismo de suspensión.https://datawrapper.dwcdn.net/UhHIa/1/
Para que la recuperación del mercado de trabajo se consolide necesita aumentar su capilaridad por todo el país, y según los datos estadísticos, la mayoría de las comunidades autónomas han observado una mejora en sus registros. Los mayores aumentos de ocupación se han dado en tres territorios especialmente dependientes del turismo, y que se han beneficiado del remonte de este sector en el segundo verano de la pandemia: Cataluña (62.300 más), Canarias (50.000) e Islas Baleares (47.900). Aun así, otras comunidades como Andalucía (–7.200) o La Rioja (–2.100) no han salido tan reforzadas. Sin embargo, en cuanto a la variación anual (comparando los datos con los del tercer trimestre de 2020) el empleo ha subido en todas las comunidades, focalizándose los mayores incrementos en el número de ocupados en Andalucía (+162.300), Cataluña (+155.500) y la Comunidad de Madrid (+124.000).https://datawrapper.dwcdn.net/QEHqq/1/
Dentro de la mejoría macro del panorama laboral, en el plano corto también hay pequeñas grandes conquistas. Una de ellas tiene que ver con los datos de desempleo juvenil, que en el tercer trimestre del año se han retrotraído hasta los resultados de finales de 2019. 73.100 menos de 25 años entraron en el mercado laboral en los meses de verano, y la tasa de paro para ellos mermó hasta posicionarse en el 31,15%, lo que supone un mordisco de siete puntos con respecto a la del trimestre anterior (38,38%).
Desglosado por edades, el desempleo juvenil descendió especialmente en aquellos entre 20 y 24 años (-13,2%), por delante de los de 16 a 19 años (-9,5%). Extendiendo algo más el rango de edad, es en las personas de entre 25 y 54 años donde se recortó más profusamente el desempleo, con 119.500 parados menos (-5%). Sin embargo, a partir de esta franja la balanza se inclina hacia el lado contrario: el paro subió entre los mayores de 55 años en 65.500 (+11,6%). En términos interanuales, el desempleo en la franja de los 20 a 24 años ha descendido en 86.300 personas (-18,3%), y mucho menos para los jóvenes de 16 a 19 años con 12.000 personas (-8%).
Otra pequeña luz se ilumina en los hogares que tienen a todos sus miembros activos en paro y que descendieron en 35.800 en el tercer trimestre, hasta establecerse en 1.122.100; y que son 50.700 menos que hace un año. La otra cara de la moneda es igualmente positiva: el número de hogares con todos sus miembros activos ocupados aumentó en 197.300 hasta llegar a los 10.798.900, la cifra más alta en los últimos 14 años.
El gran riesgo es que la inflación dure mucho más y genere efectos de segunda ronda
Si la inflación permea en los salarios se puede ver una espiral de precios
Aunque hay parecidos con los 70, las diferencias deberían evitar un IPC de doble dígito
La nueva historia de la inflación comenzó gestarse a finales de 2020. Tras un año de caídas en los precios provocadas por la pandemia del covid, las expectativas y los análisis de algunas instituciones empezaron a vaticinar (a finales de 2020) una fuerte reestructuración del IPC para 2021, pero sin grandes sobresaltos. Sin embargo, la poderosa recuperación económica y el alza de las materias primas convirtieron esa reestructuración de precios en una inflación intensa, pero «puramente transitoria», según los bancos centrales. Una vez más las previsiones se quedaron cortas y la transitoriedad ha demostrado ser, cuanto menos, persistente.
Ahora, el debate ha avanzado un paso más con la intensificación de los cuellos de botella y las interrupciones en la cadena de suministros, que amenazan con desembocar en una economía de ‘escasez’. La gran pregunta ahora es si la inflación va a comenzar a generar los temidos ‘efectos de segunda ronda’, llevando a la economía a una espiral entre salarios y precios similar (que no igual) a la vivida en los 70.
La narrativa económica puede cambiar en cuestión de meses o incluso semanas. Una ciencia con un carácter tan social como la economía es imprevisible, pues depende de la reacción y las decisiones del ser humano, algo que no se puede plasmar con exactitud en los modelos econométricos. La psicología está jugando un papel clave, generando unas expectativas de inflación que se retroalimentan y que están llevando a los trabajadores a pedir revisiones al alza de sus salarios o directamente a incrementar sus salarios de reserva (la remuneración por la que están dispuestos a comenzar a trabajar en lugar de dedicar su tiempo a otros menesteres).
¿Dónde está ahora la inflación?
Esta situación se produce en un contexto en el que los precios de la OCDE presentan una tasa de variación no vista en 20 años, la inflación de la zona euro se encuentra en niveles de 2008 (y subiendo), el IPC subyacente de EEUU está tocando máximos no vistos desde los 90… y justo cuando el mundo se enfrenta a una crisis energética y a un parón productivo en China, la ‘fábrica mundial’ que lleva años produciendo bienes a costes reducidos.
Todo hace indicar que la inflación se va a mantener elevada por un tiempo, la cuestión es si esta periodo inflacionario será lo suficientemente largo como para que produzcan los efectos de segunda ronda, generando una subida de precios más amplia (que afectaría a una mayor gama de bienes y servicios) y convirtiendo en realidad las demandas salariales de los trabajadores. Un escenario que ganaría enteros si la escasez de trabajadores se prolonga, obligando a las empresas a ofrecer mejores condiciones laborales.
«El fuerte aumento de los precios de la gasolina y el gas están alimentando las preocupaciones en torno a una prolongación del pico de inflación en curso, lo que podría aumentar los riesgos de ver los ‘efectos de segunda ronda’ que cambiarían lo que se ha mantenido hasta ahora como un choque exógeno (shock de oferta) en un régimen de inflación autocumplido», advierte Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, en una nota.
Diferencias y similitudes con los 70
Este riesgo ha generado un debate sobre las similitudes de la situación presente con el periodo inflacionario (incluso estanflación) que se vivió durante los años 70. Las comparaciones son odiosas, pero siempre se hacen. Si bien es cierto que existen ciertas similitudes (un shock de oferta), las diferencias también son muchas. De modo que el desenlace final puede ser una especie de híbrido, un nuevo régimen en el que la inflación se mantenga en niveles más altos que los previos a la pandemia, pero sin alcanzar los dobles dígitos vistos durante los 70. ¿Pero qué pasó realmente en aquella década?
La década estuvo marcada por la recesión y por una alta inflación que llegó a anotarse máximos de dos dígitos. Especialmente sangrantes fueron los picos inflacionarios de 1973-1974 y de 1978-1980. En EEUU el IPC llegó a ser del 12,2% en 1974, del 13,3% en 1979 y del 14,8% en la primera mitad de 1980. En los países europeos de la OCDE, el IPC fue del 13,8% en 1974 y no bajó del 10% en los años siguientes hasta registrar un impactante 16,5% en 1980.
Ambos aldabonazos tuvieron un protagonista común, sendas crisis del petróleo, si bien el crudo no fue el único culpable. La primera de ellas, la de 1973, más conocida mediáticamente, fue provocada el embargo impuesto por la OPEP a varios países, entre ellos EEUU, en represalia por su apoyo a Israel en la Guerra del Yom Kippur. Esto hizo que el precio del crudo importado se cuadruplicara en muy pocos meses.
El presidente de EEUU Richard Nixon pidió a las gasolineras que no vendieran combustible los sábados o domingos por la noche y en el país se establecieron restricciones de repostaje según matrículas (pares e impares). En Europa, se decretó la prohibición de conducir los domingos en los Países Bajos, mientras que el Reino Unido impuso una semana comercial de tres días cuando la escasez de carbón amenazaba el suministro de electricidad. Se llegó a pedir a las familias que calentaran sólo una habitación de sus casas.
Los alimentos se dispararon
En este primer pico de 1973, la subida de los alimentos en todo el mundo tras una racha de malas condiciones meteorológicas tuvo bastante peso (algo similar podría estar gestándose en la actualidad). El IPC de los alimentos en EEUU, que había subido menos del 5% en 1972, aumentó un 20% en 1973 y un 12% en 1974. Según los cálculos del académico Alan S. Blinder en un paper sobre la inflación de EEUU en los 70, los precios de los alimentos representaron unos 5 puntos porcentuales de la tasa de inflación anual global entre mediados de 1973 y mediados de 1975. Según Blinder, en este repunte también influyó sobremanera la imposición y posterior desaparición de los controles de los precios y salarios decretada por Nixon.
En el segundo pico, la escalada de los precios de la energía en 1979 tuvo su origen en la agitación política en Irán a principios de año. La consiguiente interrupción del suministro, unida a los esfuerzos desesperados por acumular existencias, provocó el caos en el mercado mundial del petróleo y una rápida escalada de los precios en el mercado al contado en el segundo trimestre. La OPEP siguió con una serie de subidas de precios en abril, julio y diciembre. En 1980, la guerra entre Irán e Irak provocó un nuevo descenso de la producción.
Las colas en las gasolineras eran habituales en varios lugares en los meses de primavera y verano. ¿Quién no recuerda las recientes imágenes en Reino Unido? En esta segunda sacudida también tuvo su cuota la subida de los alimentos (se llegó a hablar en EEUU de la «inflación de la carne») y la subida de los tipos hipotecarios. Como en el anterior pico, los trabajadores exigieron subidas salariales y la espiral se volvió a retroalimentar.
Diferencias con los 70
¿Se parece el actual escenario al descrito? Los analistas del BlackRock Investment Institute han sido de los que con más vehemencia han negado la mayor. «¿Por qué es diferente el panorama actual? En primer lugar, el actual repunte de la inflación está impulsado por la recuperación, no por el aumento de los precios de la energía. En segundo lugar, creemos que el crecimiento tiene margen de maniobra, ya que la actividad mundial está muy por debajo de su potencial a largo plazo. La oferta acabará aumentando para satisfacer la demanda, en lugar de la experiencia de los años 70, en la que la demanda disminuye para satisfacer la oferta», aseguran los expertos de BlackRock.
«En tercer lugar, el resurgimiento de la actividad está aumentando la demanda de petróleo y haciendo subir los precios, lo contrario de la década de 1970, cuando los precios más altos del petróleo (por un shock de oferta) perjudicaron la actividad económica», explican en uno de sus últimos comentarios semanales.
Les secunda Olivier de Berranger, director de gestión de activos en La Financière de l’Echiquier (LFDE): «La situación actual es radicalmente distinta: la demanda mundial da muestras de gran fortaleza, sobre todo en los países desarrollados, y es precisamente esta sobredemanda, en un contexto de oferta temporalmente restringida a causa de las secuelas de la crisis del coronavirus, lo que provoca la inflación. Además, resulta difícil hablar de estancamiento de la actividad económica con un crecimiento mundial que se cifra en el 4,5% en 2022 y que rozará el 6% este año».
Parecidos con los 70
No obstante, siempre habrá quien trace paralelismos. «Muchas de las mayores inflaciones de la historia han estado asociadas a guerras, y la inflación de los años sesenta y setenta se puso en marcha en la época de la guerra de Vietnam, cuando hubo una presión al alza del gasto. Hoy en día, la respuesta económica al covid ha sido casi comparable, con déficits fiscales a una escala no vista desde la Segunda Guerra Mundial para muchos países. Además, la particularidad geopolítica de que Rusia sea un proveedor de gas tan importante para Europa tiene paralelismos con la dependencia de Occidente de los suministros de petróleo de Oriente Medio en la década de 1970, en un momento de conflicto divisivo entre árabes e israelíes», sostienen desde Deutsche Bank los analistas Henry Allen, Jim Reid y Galina Pozdnyakova.
Otra similitud entre la década de 1970 y la actual la encuentran los tres expertos en la escasez de trabajadores, aunque desde distintos lados del milagro demográfico del baby boom. «En los años 70 los boomers aún no habían llegado a la población activa y la mano de obra era relativamente escasa. Ahora las principales economías están a punto de ver cómo su mano de obra disminuye o, en el mejor de los casos, se estabiliza a medida que los baby boomers se jubilan», contrastan.
¿Sufrirá entonces el mercado laboral presiones similares a las de la década de 1970? «El covid ha demostrado lo que puede ocurrir con los salarios cuando hay escasez de mano de obra. El enorme número de vacantes en puestos de trabajo mal pagados de hoy en día, debido a la escasez de trabajadores por cuestiones relacionadas con el covid, está haciendo subir los salarios», responden.
Y aunque el cuello de botella del covid se despeje, añaden, el descenso de la población en edad de trabajar en muchos lugares durante la próxima década podría hacer que los trabajadores recuperen parte del poder que perdieron precisamente a finales de los años 70. En esta línea, traen a colación la afiliación sindical. Si en las últimas décadas su caída ha tenido un efecto desinflacionario -los sindicatos no causan la inflación pero pueden contribuir a las espirales precios-salarios-, actualmente los investigadores de Deutsche Bank encuentran pruebas de que la sindicalización tiene una tendencia al alza. Un ejemplo puede ser lo que está ocurriendo con Amazon en EEUU.
¿Una espiral precios-salarios?
Pese a su negativa a hablar de estanflación, Olivier de Berranger también apunta a los sueldos como riesgo: «El incremento de los salarios ante la escasez de personal podría desencadenar un círculo vicioso en los precios y los sueldos que haría que la inflación se mantuviera en un nivel relativamente elevado». Por ahora, las expectativas de la inflación en la zona euro han tocado máximos no vistos desde 2014.
De momento, los salarios están respondiendo en algunas regiones y países del mundo, pero no en otros. Por ejemplo, en EEUU la remuneración de los trabajadores de la hostelería y ocio está subiendo a un ritmo cercano al 11% anual, el mayor ritmo desde que comenzó la serie histórica en 2007. Esos trabajadores son los que partían con unos niveles salariales más bajos y, por tanto, son también los que presentan una mayor propensión al consumo (gastan una mayor porción de que dólar extra que ingresan) y los que tienen la capacidad de desencadenar una espiral entre salarios y precios a través del consumo.
El caso de Europa es, hasta la fecha, un tanto diferente. A día de hoy no hay evidencia de que los salarios estén reaccionando a la inflación, aunque en algunas economías como Alemania, Países Bajos o República Checa ya se están viendo movimientos coordinados para exigir mejoras salariales. No existe un consenso claro sobre el devenir de los salarios en Eurozona.
El papel del exceso de ahorro
Además, existe «una fuente de complejidad adicional, que es el destino del exceso de ahorro acumulado desde el inicio de la pandemia en todo el mundo desarrollado… En teoría, el pico de inflación debería acelerar la liberación del exceso de ahorro. Racionalmente, con tipos de interés negativos, los individuos maximizarían su bienestar convirtiendo sus ahorros en consumo lo antes posible para evitar que se erosione el poder adquisitivo de esos ahorros. Esto crea el riesgo de que, dado que el gasto de los consumidores sea más resistente al choque inflacionario y, por tanto, lo prolongue», asegura Gilles Moëc.
Pese a todo, Möec cree que incluso con un inflacionario duradero, si la subida de precios no se traslada a los salarios, no tiene por qué desembocar en un régimen totalmente diferente para la inflación. La clave está en este último paso. Hasta la fecha, los efectos de primera ronda (energía, metales, alimentos frescos…) han sido claros y están comenzando a traspasar la siguiente frontera, generando un incremento moderado en bienes manufacturados, alimentos procesados y algunos servicios. Pero la frontera final, el último eslabón de la cadena inflación, se encuentra en los salarios, algo que todavía está por ver.
Ralph Solveen, economista de Commerzbank también se pregunta en un nota si en la zona euro se está empezando a generar una espiral entre salarios y precios. El economista alemán cree que a corto plazo es poco probable que esto ocurra dada la elevada holgura del mercado laboral europeo (desempleo, Ertes, trabajo a tiempo parcial…), a los bajos niveles de sindicalización y el menor peso de las negociaciones colectivas.
Sin embargo, Solveen cree que «dentro de unos años, tendremos entre manos un importante problema de inflación. Después de todo, es probable que los altos déficits presupuestarios y las continuas compras de bonos del BCE pongan demasiado dinero en circulación, lo que conducirá a una mayor inflación».
Dirk Schumacher, economista de Natixis, añade en una nota que un aspecto importante, y algo desconcertante, de la economía de la zona del euro es la rapidez con la que se ha recuperado el mercado laboral. Las vacantes también se han recuperado por completo y las empresas informan de una creciente escasez mano de obra.
¿Significa todo esto que el mercado laboral pronto dará señales de sobrecalentamiento y que el crecimiento salarial comenzará a acelerarse? «No hay señales de que el crecimiento de los salarios se vaya a salir de su rango normal en el corto plazo», sentencia el economista de Natixis.
«Sin embargo, a largo plazo, esto cambiará. Esto se debe a que la política monetaria expansiva continuará impulsando la economía y, por lo tanto, exacerbará aún más la escasez de mano de obra que ya se nota en algunas áreas, especialmente porque la oferta de mano de obra disminuirá por razones demográficas en los próximos años no solo en Alemania sino en todo el mundo», alerta el experto de Commerzbank.
A todo ello hay que sumarle los fuertes aumentos de los salarios mínimos en varios países, junto a otros factores como el creciente proteccionismo a nivel mundial y los altos costes de la lucha contra el cambio climático. No obstante, vaticinar una inflación de doble dígito persistente podría ser demasiado aventurado.
Mohamed El-Erian, economista jefe de Allianz, escribe en una columna de opinión en Project Syndicate que la inflación será mucho más alta de lo que prevén los bancos centrales por todo lo descrito, «pero este aumento de precios no presagia un regreso al escenario de la década de 1970… Las condiciones iniciales en cuanto a la formación de expectativas inflacionarias son mucho más estables hoy. Y la credibilidad de los bancos centrales es mucho mayor, aunque actualmente se enfrentan a la prueba más severa en décadas».
Se trata de una herramienta que permite automatizar procesos en la atención al cliente, mejorando la experiencia de usuario
Pocos acontecimientos en la Historia reciente han provocado transformaciones sociales tan grandes en tan poco tiempo como la crisis del Covid 19. La digitalización en la que estábamos inmersos se aceleró para dar respuesta a las necesidades de una nueva realidad.
Hubo un acceso masivo a apps y soluciones tecnológicas, aumentando los volúmenes de compra online; las empresas se vieron forzadas a digitalizarse rápidamente y a adoptar estrategias de venta online sin tiempo ni datos para establecer un plan, porque la situación era anómala y completamente nueva.
«La pandemia ha sido el mejor gerente de transformación digital en las empresas, esto lo habrán visto en muchos sitios, no es una frase mía, pero creo que deja claro cómo se ha dado todo». Mario Armas, Virtual Assistant Evangelist de everis-NTT DATA, sabe de lo que habla. Es experto en Inteligencia Artificial y responsable de proyectos de esta tecnología aplicada al comercio «La pandemia ha hecho que el negocio online explote, y ha generado mucho negocio a su alrededor. Los asistentes conversacionales han sido claves al acompañar todo este crecimiento.»
La atención personalizada fideliza, también en la compra online
Los comportamientos de compra se han vuelto más complejos. Según un estudio de Facebook, el 92% de la población admite haber cambiado su hábito de salir de compras por el de comprar de forma online; y dos de cada tres usuarios podrían dejar de consumir una marca si esta no hubiera tomado medidas durante la pandemia para mejorar su experiencia de usuario. Y se sienten más cómodos con aquellas que permiten en la compra online la interacción, por ejemplo, mediante un chat que resuelva dudas o solucione contratiempos.
«Queda claro que más negocio online siempre trae más dudas de los clientes,» afirma Mario Armas, «más preguntas por el precio, más preguntas por las tallas; atención al cliente pura y dura que se ve multiplicada por este crecimiento, y que los chatbots han soportado junto a buenas estrategias de atención al cliente en Redes Sociales y canales conversacionales. De esto se ha desprendido el ahora tan mencionado conversational commerce«. Este tipo de comercio busca acortar distancias entre las marcas y sus clientes, lo que favorece a ambas partes; da una atención personalizada que fideliza al usuario con la marca. Como afirma Armas, el comercio conversacional «aprovecha este cambio que los clientes han dado acercándose mucho más a las empresas hablándoles por canales como WhatsApp o Instagram, y que han hecho que nos demos cuenta de que el cliente quiere cercanía y rapidez. No quiere navegar en cientos de webs o apps para buscar una respuesta rápida. Todo esto ha hecho que se comience a trabajar este enfoque de c-commerce, donde todo lo que puede ser vendido por el conversacional se hace. Y si hay que redirigir a la web se intenta al final enviar algo por WhatsApp como el ticket de la compra. Lo que busca este enfoque es que tu conexión con una marca sea desde el canal que más usas en tu día-día y no desde una web que podrías cerrar y nunca más volver a ella».
2020 trajo consigo volúmenes de encargos y ventas online sin precedentes, y las cifras de los usuarios de apps para realizar compras por esta vía se han disparado. Tratar de establecer estrategias de comunicación y tener una relación cercana y transparente con cada cliente contando solo con los community managers es poco realista. «Imaginen la cantidad de Community Managers que se necesitan para atender una cuenta con 18 millones de seguidores», señala Armas.
Aunque estos profesionales son necesarios porque las soluciones tecnológicas no tienen la misma empatía ni pueden aportar soluciones a problemas complejos, sí se pueden automatizar procesos para poder hacer manejables las peticiones, dudas, consultas y posibles quejas de los clientes. En ese sentido las consultoras de tecnología y digitalización, como everis de NTT Data, trabajan para ayudar a las marcas en esta transformación. «Ahora mismo desde everis venimos trabajando en varios proyectos enfocados en c-commerce y atención al cliente en distintas marcas de retail, no solo en canales como WhatsApp sino Instagram, donde la automatización tendrá un peso supere fuerte sobre todo para el retail en este 2022.», afirma Armas.
La IA como herramienta al servicio del embudo de ventas
Este enfoque hacia el comercio conversacional es el uso de la Inteligencia Artificial para automatizar procesos. Esta tecnología, con la que llevamos décadas conviviendo ha experimentado a su vez enormes avances en los últimos años: la capacidad de aprender por sí mismos nuevos pasos basándose en su propia experiencia es un ejemplo de mejora de su rendimiento que amplía y diversifica sus aplicaciones, haciendo de ella la aliada perfecta para las empresas en esta nueva realidad digitalizada.
«La gente ve la inteligencia artificial como algo de futuro cuando es parte de nuestro día-día desde hace algunos años; ya se ven muchas de sus aportaciones en las empresas que dieron ese paso» cuenta Mario Armas «Esas empresas ahora se destacan del resto porque han aplicado IA en sus procesos y lo más importante, la han entendido, culturalmente ha calado en sus equipos y ahora pensar en casos de uso o aplicaciones es más sencillo, lo que les permite estar un paso adelante.»
Esta tecnología, con la que llevamos décadas conviviendo, como señalaba el experto, ha experimentado a su vez enormes avances en los últimos años: la capacidad de aprender por sí mismos nuevos pasos basándose en su propia experiencia es un ejemplo de mejora de su rendimiento que amplía y diversifica sus aplicaciones, haciendo de ella la aliada perfecta para las empresas en esta nueva realidad digitalizada. En palabras de Mario Armas: «Creo que las principales aportaciones han sido la madurez de los motores cognitivos que han permitido que podamos entrenar robots que ayuden a generar eficiencia en la atención al cliente.»
De todas las ramas del comercio, es el retail el que vive un mayor auge de interacciones online, según datos del INE. Es también un negocio que puede aprovechar la infinidad de opciones que le da la IA para lograr objetivos de ventas y de fidelización. De hecho, ya lo está haciendo. «La omnicanalidad es una cosa real pero genera mucho trabajo», explica Armas, «sobre todo en el retail donde la misma configuración de la industria hace que las marcas tengan miles y miles, incluso millones de seguidores. Pienso en Zara, Mango, imagina atender todos esos canales en una plataforma que los agrupe y que genere filas inteligentes priorizadas desde un enfoque de IA y que a su vez tenga a un robot 24/7 atendiendo lo más recurrente o lo que más experiencia le aporta al cliente.»
El sector del retail tiene sus propios desafíos a la hora de implementar y mejorar el comercio conversacional. La principal es comprender cómo se pueden aprovechar las aplicaciones e integrarlas en el embudo de ventas. Por ejemplo, en general Instagram es percibido como una plataforma inspiracional, donde el público está abierto a realizar una compra impulsiva. «Creo que el anuncio de Facebook de hace un par de meses de abrir el API de Instagram hace que haya un antes y un después en la forma como interactuamos con los clientes, sobre todo en el retail, moda, etc.», afirma Armas, «Instagram es un canal que mueve un volumen enorme de personas inspirándose y viendo a sus marcas, influencers, celebrities que día a día inspiran a mucha gente y generan mucha interacción en el canal. El problema era que las plataformas multicanal de atención al cliente no tenían forma de conectar con Instagram y sacarle todo el provecho, menos aún los chatbots.»
Para Armas, el momento de la transformación de los canales que usa el sector retail para interactuar con el cliente aprovechando las opciones de la IA es ya. «Ahora mismo, las cosas han cambiado», continúa, «y las marcas tendrán que, primero, entender todas las posibilidades que esto implica, y segundo, comenzar a crear estrategias inteligentes de cómo afrontar Instagram como un canal no solo de inspiración sino también de atención al cliente y de venta sobre el mismo canal. El cliente no siempre quiere ir por varios canales sino que espera que si te pregunta por un tema de stock en Instagram, donde acaba de ver el look que le gusta, puedas responderle sin esperar 24 horas a un humano.»
Además, el uso de las redes sociales como una vía más de venta y de atención al cliente ofrece numerosas ventajas. Significa entrar en la zona de confort del cliente, donde está inmerso en una mentalidad compradora que incrementa la posibilidad de obtener una venta. Es decir, que hay que tener muy en cuenta las conversaciones previas y posteriores a la compra son una parte importante del mismo. En la fase post-compra las marcas deben establecer una interacción inteligente con el cliente, que sustituya al enfoque pasivo de, por ejemplo, el envío de un correo electrónico. En su lugar las empresas tienen ahora la posibilidad de introducir al usuario en un nuevo catalizador post-compra donde éste puede pedir feedback, o donde se le redirija a productos complementarios.
Más de la mitad de los usuarios compagina la compra online con tareas cotidianas
Contar con las herramientas adecuadas para aprovechar las aplicaciones es fundamental, así como simplificar el proceso de compra y adecuarlo a los gustos y necesidades del cliente. Porque el 58% afirma querer comprar de forma online mientras realiza sus actividades diarias, la simplicidad es clave.
Por tanto, de lo que se trata es de crear un ecosistema orgánico, donde las empresas interactúan con sus clientes en una plataforma en la que, como es lógico, pasan la mayor parte del tiempo; las redes sociales. Dentro de ese ecosistema las marcas cuentan ya con herramientas para dirigir la conversación: pueden crear un filtro de atención al cliente, basado en un sistema de IA que diferencie fácilmente una queja de una petición, o el uso de datos históricos de preguntas frecuentes, puede ayudar a crear sistemas mejor preparados para hacer frente a múltiples preocupaciones diferentes. «Cuando hablamos de IA el aporte vienen siendo constante», explica Armas, «Por ejemplo en la personalización: los grandes volúmenes de datos hacen que ahora podamos tener una megapersonalización de la home en donde en lugar de ver lo que todos ven, te mostramos lo que más se adapta a ti en base a tu historial, en base a lo que conocemos de ti, en base al clima y en base a lo que queremos que rote en el stock de esa semana, esta dinámica que parece sencilla necesita de mucha procesamiento de datos por detrás y para el usuario es invisible pero para la marca muy potente de cara a la conversión.»
Y no sólo eso: la automatización que ofrece la Inteligencia Artificial, que ha ido perfeccionándose con los años, se ha construido en base a características muy humanas, buscando la cercanía con los clientes. Mario Armas señala que «otro avance es el de los asistentes de voz: cada vez es más normal en nuestras vidas interactuar con robots a través de la voz. La naturalidad de hablar se abre paso en los canales digitales y parece ser una fuerte tendencia en el mundo.» Se trata de un fenómeno que se da en todo el mundo. «En España es algo aún muy incipiente, pero en países como USA y UK es toda una realidad. Esto sumado al mundo del coche conectado a asistentes, mercado que comenzará a despegar en el 2022, hará que nuestra interacción con asistentes de voz como Alexa, Google Assistant, Siri, asistentes del coche encuentre cientos de casos de uso ligados seguramente a diferentes sectores, entre ellos el retail.»
IA: mucho más que una herramienta de e-commerce
Además, la IA no sólo se aplica al e-commerce: ofrece soluciones a las empresas a todos los niveles. Como en el caso de la logística, o de la producción en cadena.
Mario Armas, a este respecto, afirma que «vale la pena mencionar a cómo se maneja la logística y warehouse de las marcas: esta es una parte del negocio que se ha resistido a dar ese paso hacia un modelo inteligente donde la IA aporta en cosas como predecir la demanda, hasta en movilizar cajas en el típico warehouse» El experto de everis-NTT DATA se muestra tajante: «Esto es real y aquí los proveedores de los sistemas de gestión de almacenes tienen una parte fundamental del trabajo, aplicando toda esta tecnología a sus operaciones para lograr democratizar estos servicios y que no se queden solo en las grandes empresas.»
Las empresas se encuentran, por tanto, en una encrucijada donde la decisión de apostar por la IA como herramienta para este comercio conversacional supondrá la diferencia entre el éxito o el fracaso. Se trata de una oportunidad sin precedentes. El cliente de la era post-covid demanda un comercio conversacional, y la implementación de los asistentes virtuales es una ventaja que distingue hoy día a las empresas con visión de futuro. Y para trabajar en esta dirección, existen empresas especializadas en la aplicación de la IA en el trato con el cliente a todos los niveles, como es el caso de everis. La empresa, perteneciente al grupo NTT DATA, cuenta con una fuerte experiencia en I+D+I e innovación tecnológica, y se ha especializado en la aplicación de la Inteligencia Artificial para ayudar a la digitalización del tejido empresarial.
Seis de cada diez españoles tienen dificultades para comprender la documentación bancaria, según ING
En las finanzas personales, hay algunos conceptos básicos que se deben conocer, sobre todo para no tener dificultades a la hora de, por ejemplo, contratar una hipoteca. Según un reciente estudio de ING, el 62% de los españoles reconoce que le cuesta comprender la documentación relativa a la formalización de un préstamo hipotecario. Conceptos como TIN y TAE, euríbor, amortización, intereses fijos o variables… pueden suponer un quebradero de cabeza si no se entienden.
Únicamente un 17% de los españoles considera que la documentación para contratar productos y servicios financieros es sencilla. Además, un 23% admite no haberse enfrentado nunca a este tipo de documentación, de acuerdo con la encuesta realizada por el banco, que detalla que, entre aquellos españoles que tienen problemas para interpretar la documentación bancaria, un 25% reconoce que, aunque llega a entenderlo, tiene que invertir tiempo y esfuerzo; y un 19% siente que no siempre resuelve sus dudas, sobre todo cuando la información está relacionada con la contratación de hipotecas y seguros. Por su parte, un 15% de los españoles reconoce no entender la documentación bancaria en ningún caso por considerarla poco accesible.
Con el fin de poder discenir la letra pequeña, a continuación aclaramos algunos de los términos financieros más comunes.
TIN y TAE
Según la encuesta de ING, un 55% confiesa desconocer qué es el TIN, el 29% reconoce no saber qué es la TAE. Pues bien, el TIN (tipo de interés nominal) es el precio que la entidad financiera cobra por prestar o que paga por depositar (en el caso de los depósitos), mientras que el TAE (tasa anual equivalente) incluye, además del TIN, los gastos y comisiones asociados a los productos. Según explica el Banco de España, el TAE permite comparar distintas ofertas de préstamos o créditos, con independencia de sus condiciones particulares.
Euríbor
Es el tipo de interés al que las entidades de crédito están dispuestas a prestarse fondos en euros entre sí y uno de los tipos de referencia de los que depende lo que pagan muchos hogares por su hipoteca.
El 40% de los encuestados por la entidad no tiene claro qué es el euríbor. Además, según un análisis realizado por Rastreator, 6 de cada 10 jóvenes de 18 a 24 años no sabe qué es ni a qué afecta el euríbor.
Este índice se hizo famoso allá por 2008, cuando alcanzó su máximo histórico (5,5%) y los hipotecados se dieron cuenta de que sus cuotas hipotecarias se disparaban. Y es que la mayoría de las hipotecas variables en España están referenciadas a este indicador, cuyo valor se suma al diferencial que aplican las entidades en los préstamos a tipo variable. Es decir, si el diferencial es del 1% y el euríbor se sitúa por ejemplo en el 3%, entonces el interés a pagar es del 4%.
Además, cuando empezó a bajar y muchos veían que su letra mensual no variaba por tener la llamada cláusula suelo, que impedía beneficiarse de las caídas del euríbor, volvió a tomar relevancia. La banca tuvo que eliminar esas cláusulas por abusivas.
Las hipotecas sujetas al euríbor generalmente se revisan cada año (o semestralmente) y se actualizan al alza o a la baja, según la situación del índice en el momento de la revisión. El banco calculará la nueva cuota mensual con base en el último euríbor publicado en el Banco de España en el BOE. Ahora,el euríbor a 12 meses se sitúa en niveles mínimos históricos cercanos al -0,5% y beneficia a los hipotecados.
Tipo fijo y variable
Las hipotecas a tipo de interés variable fluctúan en función de la evolución del índice al que están referenciadas, mayoritariamente el euríbor. Así, el interés a pagar es el resultado de la suma del del índice y un porcentaje constante, conocido como diferencial. Según informa el Banco de España, «no podrán establecerse límites a la baja y el interés del préstamo no podrá ser negativo». Una de las ventajas es que el tipo de interés inicial suele ser inferior al de las hipotecas a tipo fijo y se suele ofrecer la opción de plazos de amortización más largos, normalmente entre 20 y 30 años o incluso más. Entre las desventajas, se paga una cuota mayor si los intereses suben, aunque es al contrario si bajan.
En las hipotecas a tipo fijo el interés es estable y la cuota mensual a pagar permanece fija durante toda la vida del préstamo. Su lado bueno es que se sabe de antemano cuánto se paga cada mes, sin preocupaciones por las subidas o bajadas de tipos, lo que otorga estabilidad y tranquilidad. Además, en los últimos años los tipos fijos se han abaratado hasta niveles nunca vistos (2,72% de media, según Estadística) y están ya muy cerca de los precios variables (2,19%), aunque todavía se sitúan por encima. Así, y con el euríbor actual en negativo y en mínimos, quien contrate una hipoteca fija pagará más que con la variable, al menos hasta que suba el euríbor, algo que no se espera a corto plazo.
Amortización
Amortizar es pagar la deuda del préstamo para devolver el dinero inicial, más los intereses, al prestamista. Se puede realizar en un pago único, es decir, de una sola vez finalizado el plazo de devolución pactado, o de forma periódica a plazos. En las hipotecas, las entidades aplican normalmente el sistema de amortización francés, que implica pagar más intereses al principio y menos capital y menos intereses al final. Su ventaja es que se sabe lo que se va a pagar en cada periodo (en caso de que el interés no varía) y su inconveniente es que el principal del préstamo no empieza a saldar hasta la parte final del préstamo.
Loan To Value
Cuando se pide una hipoteca, normalmente hay que tener dinero ahorrado (en torno al 20% del precio de la vivienda más otro 10% para gastos) dado que, por lo general, las entidades financieras solo financian el 80% del valor de compraventa o tasación. Ese es el importe de financiación o Loan To Value. Así por ejemplo, para la compra de una vivienda de 150.000 euros, si la entidad ofrece un LTV del 80%, significa que está dispuesta a prestar 120.000 euros para financiar su adquisición. El resto, hasta los 150.000 euros, debería ser aportado por el cliente.
“El problema que existe muchas veces con este déficit en educación financiera es que hace que el usuario acabe pagando más de lo que debía e incluso llegue a tomar decisiones erróneas que luego pueden repercutir negativamente en el futuro y en sus ahorros. Por eso, apostar por una mayor educación financiera desde edades tempranas ayudará a mejorar y solventar esta problemática ”, explica Sergio Carbajal, responsable de hipotecas de Rastreator.
Este lunes 4 de octubre se celebra en España el Día de la Educación Financiera, una asignatura aún pendiente para muchos ciudadanos españoles que supone un problema para estos a la hora de adquirir ciertos productos, como hipotecas, o entender las comunicaciones de su banco, entre otras cosas.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) publicó en abril un informe que revelaba que la evaluación de los conocimientos financieros de los españoles es de un seis sobre diez de media, con un 70% de los individuos con conocimientos medios y altos (con más de un 5), frente a un 25% con bajos o muy bajos (suspensos).
La franja de edad con peores resultados se corresponde con la de los más mayores: los participantes de entre 18 y 54 años cuentan con unos conocimientos medios y altos, frente los que tienen entre 65 y 80.
Asimismo, ocho de cada diez consumidores reconocen haber firmado un contrato financiero sin entender bien todas sus cláusulas, en tanto que cuatro de cada diez no entienden las comunicaciones que les remite su entidad bancaria, según datos de Adicae.
«Aunque se han hecho esfuerzos en los últimos años para avanzar en esta materia, sigue siendo una asignatura pendiente en España. Los programas de formación promovidos por las administraciones públicas son un buen punto de partida, pero es necesario reforzar las iniciativas para que el aprendizaje llegue a todos», ha señalado en declaraciones a Europa Press el director de Value School, Raúl Cameo.
Cameo ha añadido que la mayor parte de programas financieros están muy enfocados a productos de entidades concretas, mientras que él defiende que «hay que ser agnóstico en producto y trabajar con el objetivo de que todo el mundo disfrute de una mayor salud financiera sin orientarles hacia nada en concreto».
«En nuestra opinión, la sociedad debe conocer el poder del ahorro y la inversión, pero cada individuo debe ahorrar a su manera e invertir hacia donde su situación vital le lleve», ha sentenciado.
La gestora Imantia, por su parte, ha desarrollado varias herramientas para fomentar la educación financiera, desde clases maestras y la elaboración de una guía hasta podcast. La firma también ha desarrollado una plataforma, Imantia Deportistas, con el objetivo de concienciar a estos profesionales sobre la importancia de planificar económicamente su futuro.
Al ser preguntado sobre quién debe llevar la voz cantante en esta cuestión, Cameo ha incidido en que la educación financiera es una «preocupación social de todos»: desde las Administraciones Públicas hasta las empresas, que «también pueden promover la formación financiera para un mayor bienestar de sus empleados».
Con motivo de la celebración del Día de la Educación Financiera este lunes, el Banco de España y la CNMV organizan como todos los años un acto en el que intervendrán, entre otras, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño.
Ambas instituciones renovaron a principios de septiembre su web www.finanzasparatodos.es con el objetivo de mejorar sus contenidos y afianzarse como el portal de referencia de educación financiera en España.
La nueva página incluye nuevos formatos audiovisuales, como podcast, contenidos interactivos o vídeos, junto a los contenidos didácticos y divulgativos. Esos contenidos también se difundirán en las redes sociales, utilizadas cada vez por más público.
El alza subirá el gasto en pensiones hasta 5.000 millones
El pago extra para sueldos de funcionarios puede llegar a 6.000 millones
Los españoles tienen un billón de euros en efectivo y depósitos al 0%
La escalada de precios de este año costará cerca 11.000 millones de euros a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y otros 30.000 millones a las familias. Si la inflación mantiene los niveles que apunta ahora, el alza supondrá un gasto de 5.000 millones solo en las subidas de pensiones de 2022 por el repunte del IPC.
A esto hay que sumar la subida de los sueldos de los funcionarios. El coste extra en esta partida podría alcanzar, según los sindicatos, hasta 6.322 millones de euros si el IPC se mantiene en el 3,3%. Sin embargo, si se compensa la inflación de 2021, podría quedarse en los 4.074 millones de euros en el mismo supuesto con referencia en la inflación prevista por Moncloa. En un ejemplo para el sueldo de los funcionarios, un trabajador público con un salario medio de 2.241 euros mensuales pasaría a cobrar 121 euros más en el primer supuesto y 65 euros en el segundo escenario.
Por su parte, al ahorro conservador español la inflación le cuesta más de 30.000 millones de euros. Las familias españolas tienen casi un billón de euros en depósitos y efectivo remunerados al 0%.
El Índice de Precios de Consumo (IPC) se situó en agosto en el 3,3% en tasa interanual, su nivel más alto desde octubre de 2012, principalmente por la subida del precio de la electricidad, que lo elevó cuatro décimas sobre el dato registrado en julio, según las cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Un nivel que podría seguir aumentando. Según los expertos de Funcas, la inflación superará el 4% en los próximos meses, alcanzando máximos de 13 años. Por su parte, el Banco de España reconoce que hay elementos que podrían prolongar en el tiempo el repunte de precios, si bien continúan defendiendo la tesis del Banco Central Europeo (BCE) de que la subida se moderará en los próximos meses. Los cálculos del organismo europeo sitúan la inflación en el 3% al finalizar 2021, para ir reduciéndose posteriormente al 2% en el curso siguiente y al 1,5% en 2023.
Un trabajador público con salario de 2.241 euros mensual cobrará 121 más al mes
Las dudas están ahora centradas en si habrá un escenario de estanflación, que indica un estancamiento de la economía mientras el ritmo de inflación no cede. «No parece que sea un riesgo ahora mismo. De hecho, creemos que efectivamente la subida de la inflación será temporal y a partir de 2022 volverá a bajar. No obstante, no parece probable que volvamos a los niveles tan bajos como los existentes antes de la pandemia. Más bien parece probable que la inflación se estabilice en torno al 1,5%-2%», explica Rosa Duce, economista jefe de Deutsche Bank en España.
Según los últimos datos de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco), las familias españolas tienen casi un billón de euros en depósitos y efectivo, es decir, remunerados al 0%. Con el efecto de la inflación están perdiendo más de 32.000 millones de euros de poder adquisitivo. En cifras más manejables, si un ahorrador tiene 10.000 euros inmovilizados, es decir, que no le ofrecen ninguna rentabilidad, con el efecto de la inflación esa cantidad es de 9.670 euros, o sea, pierde más de 300 euros.
Si un ahorrador tiene 10.000 euros inmovilizados perderá más de 300 euros este año
«Una inflación alta con unos tipos de interés en mínimos supone que la rentabilidad real de nuestras inversiones es negativa. Por tanto, necesitamos buscar productos que batan a la inflación. En un entorno de tipos 0, lamentablemente esto implica asumir riesgos«, destaca Duce. Es lo que se conoce como rentabilidad real, el resultado de restar al rendimiento nominal de un activo el efecto de la inflación. Cuanto mayor sea esta, más interés tendrá que ofrecer un producto para que sea rentable.
La subida de la inflación acostumbra a ser beneficiosa para la renta variable, ya que suele ir asociada a un crecimiento económico y a un aumento de los beneficios. Sectores como el energético o el inmobiliario normalmente actúan como un buen escudo.
El organismo también incrementa del 6,3% al 6,6% el avance del PIB español esperado para 2022
La recuperación de la economía española tras el histórico batacazo en que la sumió la crisis del Covid durante 2020 comienza a ganar credibilidad ante los analistas internacionales. De momento, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) acaba de elevar con fuerza sus perspectivas de crecimiento del PIB español para este año y el próximo.
En concreto, según la actualización de proyecciones macroeconómicas publicada hoy por el organismo, la OCDE estima ahora que la economía española crecerá un 6,8% en 2021, nueve décimas más de lo que calculaba en mayo. Se sitúa por tanto al frente de la recuperación económica global entre las economías avanzadas.
A su vez, el organismo internacional ha incrementado en tres décimas la proyección de avance del PIB español para el ejercicio 2022, cuando confía en un crecimiento del 6,6%, según las cifras publicadas este martes.
La revisión de las proyecciones tiene lugar en el marco de un análisis global en el que la OCDE constata que “el crecimiento económico se ha recuperado este año, ayudado por un fuerte apoyo político, el despliegue de vacunas eficaces y la reanudación de muchas actividades económicas”.
Avance del 5,7% mundial
Como consecuencia, sus analistas estiman que el PIB mundial crecerá un 5,7% este año y un 4,5% el próximo ejercicio gracias fundamentalmente al fuerte repunte que vive Europa, a los apoyos fiscales impulsados por EE UU y a la progresiva reducción de las tasas de ahorro -en favor de un mayor consumo- gracias a la recuperación de la confianza de las familias en las economías avanzadas.
A partir de ahí, la expectativa es que el G-20 crezca un 6,1% este año (un 4,8% en 2022); que la zona euro avance un 5,3% (4,6% el próximo año), con Alemania creciendo un 2,9% (4,6%); Francia un 6,3% (y un 4%); e Italia un 5,9% (y un 4,1%). A su vez, Reino Unido crecerá un 6,7% (y un 5,2%); EE UU, un 6% (y un 3,9%), y Japón un 2,5% (y un 2,1%). Tan solo crecerán más que España países como China (8,5% este año); India (9,7%); o Argentina (7,6%).
PIB prepandémico
“El PIB mundial ha superado ahora su nivel prepandémico, pero las brechas de producción y empleo persisten en muchos países, particularmente en las economías de mercados emergentes y en desarrollo donde las tasas de vacunación son bajas”, advierte, sin embargo, el organismo.
Entre los riesgos que aún sobrevuelan la recuperación, la OCDE apunta a la variante delta (si bien matiza que su efecto ha sido leve en los países con altos porcentajes de vacunación) y la inflación, especialmente al alza en EE UU, Canadá y Reino Unido, aunque considera que está controlada en Europa y Asia.
“Los precios más altos de las materias primas y los costos de envío globales están agregando actualmente alrededor de medio punto porcentual a la inflación anual de precios al consumidor del G20, lo que representa la mayor parte del repunte de la inflación durante el año pasado”, concreta.
Avance de la inflación
“Se prevé que la inflación de los precios al consumidor del G20 se modere del 4,5% a fines de 2021 a alrededor del 3,5% a fines de 2022, manteniéndose por encima de las tasas observadas antes de la pandemia”, agrega, asumiendo que “las presiones de oferta deberían desaparecer gradualmente, el crecimiento de los salarios sigue siendo moderado y las expectativas de inflación aún están ancladas, pero los riesgos a corto plazo están al alza”. En el caso de España, la inflación avanzaría de media un 2,4% este año y un 1,9% en 2022.
La gran incertidumbre añade, está en el ritmo de avance de la vacunación y la velocidad de conversión del ahorro en gasto una vez que el desempleo se reduzca. La OCDE defiende que “los gobiernos deben asegurarse de que se utilicen todos los recursos necesarios para desplegar las vacunas lo más rápido posible en todo el mundo para salvar vidas, preservar los ingresos y controlar el virus. Se necesitan mayores esfuerzos internacionales para proporcionar a los países de bajos ingresos los recursos necesarios para vacunar a sus poblaciones en beneficio propio y mundial”.
Más allá, insta a mantener desplegadas políticas monetarias y fiscales que garanticen la recuperación económica, explicitando la necesidad de elevar las inversiones públicas en infraestructuras, mientras comienzan a diseñarse marcos de consolidación fiscal creíbles.