Jornada 1
El siempre genial pero irregular Francisco Tielas se enfrentaba a la debutante Silvia Rodríguez, y no tuvo grandes problemas, más que nada porque la chica de 2º acusó su larga inactividad en el deporte de las 64 casillas (¡años sin jugar!). No obstante, es de esperar que la cosa mejore para ella, pues la afición (y la inteligencia) son la base en el ajedrez.
Dos veteranos de la guerra se enfrentaban en el segundo tablero: Yolanda García y Pedro Sánchez. El favorito no perdonó, a pesar de la resistencia de su rival, que no le puso las cosas fáciles.
En la mesa de al lado se vieron las caras el campeón Santiago Prieto y Marta Vallejo (mientras no se demuestre lo contrario, la mejor ajedrecista entre las chicas del colegio). Fue una larga partida, en la que la «apisonadora», sistemática e implacable, terminó con la resistencia de su compañera.
En el más igualado de los encuentros, Alberto Sebastián jugó contra Álvaro Granizo. El de 3ºC no ha comenzado el torneo en su mejor momento, y no pudo con la regularidad y la seguridad de su adversario. El año pasado quizás otro gallo hubiese cantado (tal vez acompañado al trombón, je, je).
Jornada 2
Silvia Rodríguez, a pesar de perder la partida con Álvaro Granizo, se lo pasó en grande. Primero, porque observó, divertida, como su rival se sacaba reina tras reina (llegó a tener cuatro). Segundo, porque a pesar de su desfavorable situación, tuvo (¡si, si!) oportunidad de ganar, pues un peón pasado, ayudado de rey y dama, a punto estuvieron de dar un disgusto al acorralado rey del de 3ºB. Álvaro se sobrepuso, y con nervios de acero, salió del atolladero y remató, minutos después, la faena.
Yolanda García, y su inconmensurable fé, lograron hacer tablas por 50 movimientos con Marta Vallejo, que no se acordó, en los momentos decisivos, del mate de rey y reina. Lo sucedido nos enseña dos cosas: lo importante que es en el ajedrez resistir hasta el final, y lo conveniente de una buena formación teórica en los finales de partida.
Y si no que se lo digan a Pedro Sánchez, que en su partida con Francisco Tielas tuvo la victoria en sus manos pero no la vió. Era, ciertamente, un final complicado, con rey, torre y alfil contra rey. Antes había pasado de todo. Partida dominada por Fran tras perder Pedro la reina. Tornas que cambian tras perderla, a su vez, el contendiente rubio, y final de infarto, resuelto con gran (y sorprendente) sangre fría por el Sr. Tielas, tras, eso sí, conseguir escaparse de un inminente mate. El momento culminante fue así (el rey negro llevaba resistiendo 30 jugadas):
Blancas: Pedro Sánchez
Negras: Francisco Tielas
Mueven blancas. El mate está en Ta3++, que es la posición clásica de un final con rey y torre (el alfil asiste solo como convidado de piedra), pero Pedro no lo ve, porque parece evidente que está más preocupado por no ahogar al adversario que por ganar la partida, y mueve Tc3? Fran no se lo cree, y desplaza el rey a a2. Las blancas cometen ahora un nuevo despropósito, Ab3??, lo que permite que el rey negro escape del cerco al que está sometido: Ra3. Momentos después llegaban las tablas por 50 jugadas.
La que se anunciaba como una igualada partida entre el favorito y Alberto Sebastián no lo fue tanto. El año pasado a Santiago Prieto le hubiera costado sangre, sudor y lágrimas ganar, pero la falta de entrenamiento de su rival (reconocida honestamente) hizo que no fuera así. El encuentro estuvo, no obstante, disputado. En el momento decisivo, Alberto no supo ver la maniobra que hubiera podido permitirle sobrevivir. Fue como sigue:
Blancas: Santiago Prieto
Mueven negras. La dama blanca amenaza con el mate inminente comiendo el peón situado en d2. Las negras parecen contar con pocas opciones. No tienen tiempo para ninguna jugada de ataque, del estilo de DxPe4 (ante la irremediable pérdida de la torre de a5). Pero no hubiera estado mal jugar Pc3, alejando, de momento, la posibilidad de derrota inminente (y que permitiría el contraataque anteriormente citado). Quizás incluso un enroque hubiera salvado los muebles, aunque la presencia del peón en f3 es más que inquietante (sobre todo si, después del enroque, a Santi se le ocurre comer el peón de d2 con su reina, que con las pocas que se le escapan, iba a ser que sí).
En fín, el caso es que a Alberto le pareció mal sacrificar la torre para prolongar una más que dudosa resistencia, y movió Df7??, por si la tímida amenaza hacía mella sobre los templados nervios del enemigo. Éste, con su pulso, una vez más, firme, no tembló y remató al herido (aunque no estaba tan moribundo como parecía, según hemos explicado) comiendo con su dama el peón del rey rival.