La riqueza financiera de las familias crece un 4,8%

CincoDías

La riqueza financiera de las familias crece un 4,8%

Fachada del Banco de España. (EFE)

La riqueza financiera neta de las familias españolas, que se obtiene restando los pasivos a los activos financieros, ascendía a finales de 2015 a 1,23 billones de euros, lo que supuso un incremento del 4,8% respecto a 2014, según las cuentas financieras de la economía española publicadas hoy por el Banco de España.

Este volumen de activos netos en posesión de los hogares equivale, según estas cifras, al 113,8% del Producto Interior Bruto (PIB), un punto porcentual más que hace un año. Contabilizando solo los activos –sin restarle los pasivos– estos ascendieron a dos billones de euros, 1,7% más que en 2014. Este aumento resultó de una compra neta de activos financieros de 32.800 millones de euros durante 2015, ya que la revalorización del saldo de activos «fue prácticamente nula», explica el Banco de España.

La mayoría de los activos financieros en manos de los hogares se encontraba en efectivo y depósitos, donde estaban invertidos el 42% del total; le siguen las participaciones en el capital (25%); seguros y fondos de pensiones (17%); y participaciones en fondos de inversión (12%). Si bien fueron estos últimos los que más crecieron el pasado año, al incrementar su peso en el total de inversiones de los hogares 1,2 puntos porcentuales. Las tenencias en efectivo y depósitos fueron, sin embargo, las que más cayeron (-0,8 puntos).
2 En general, las operaciones financieras netas de todos los sectores de la economía española (hogares, empresas, entidades financieras y administraciones públicas) acumularon en 2015 un superávit de 23.100 millones de euros, equivalente al 2,1% del PIB, en comparación con el 1,6% que representaba un año antes.

Desagregando esta cantidad por sectores, las empresas no financieras obtuvieron un saldo positivo equivalente al 2% del PIB, mientras que la riqueza de los hogares llegó al 3,6% del PIB; y as instituciones financieras también obtuvieron un superávit del 1,6% del PIB. Todo esto se vio contrarrestado por un déficit de las administraciones públicas que ascendió al -5,1% de la riqueza nacional.

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