Más mamíferos que nunca

Crías (ya creciditas) de langur chato dorado

En la especie humana es muy conocida la costumbre de las madres de delegar las labores de la lactancia. El oficio de ama de cría tiene una larga tradición. Por razones estéticas o de comodidad (entre la aristocracia o la gente adinerada), económicas o laborales (en gente sin recursos) o puramente médicas (apelando a la solidaridad vecinal), se ha cedido a los bebés para que fueran alimentados. También se ha comprobado , en muchos simios, que no es rara esta costumbre. Pero lo que ahora sale a la luz, según el primatólogo chino Zuofu Chang, del Instituto de Zoología de la Academia China de Ciencias, es un descubrimento asombroso: la cesión de las crías a todas las hembras de una comunidad como una solución estratégica que permita la supervivencia de la mayor cantidad posible de individuos en condiciones adversas. El tema se ha dado en denominar «lactancia alomaterna».

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