Un cáncer en la sanidad

El individuo en cuestión

Nunca pensé que tendría que decir esto de un Kennedy, pero en todas las familias hay una oveja negra, y ésta es muy negra, negrísima. Robert Kennedy Jr. hace un flaco favor tras otro a la memoria de su padre (Robert) y a la de su tío (John).

En el país culpable de la asombrosa hazaña que supuso el supersónico descubrimiento y la fabricación de la vacuna contra el COVID ya se hizo notar, llevando la voz cantante de la oposición a la inmunización. Propagador peligroso de bulos y teorías conspiranoicas sobre la sanidad, mintió descaradamente a la comisión del Congreso que debía aprobar su nombramiento como secretario de Salud (aseguró que no iba a modificar las recomendaciones sobre la prevención de las infecciones infantiles). Pero su labor es ingente como destacado «Rey de los hunos» (por donde pisa su caballo no crece la hierba). Responsable del recorte de fondos a la OMS y a las campañas de lucha contra el hambre, encabeza también la lucha contra el aborto en los pocos estados que aún lo permiten, ha cesado a los directivos de la FDA (la Agencia que dictamina sobre la validez de los medicamentos) y últimamente se dedica a encabezar una campaña que asegura que el paracetamol (el más inocuo de los analgésicos) produce autismo. Las embarazadas americanas pueden echarse a temblar, como les restrinjan el fármaco.

Su trabajo desmantelando el tímido sistema de sanidad pública que consiguió aprobar Barak Obama ya es notable, y su lucha contra la vacunación infantil está predestinada a convertirse en un desastre, pues sin duda se van a disparar las cifras de mortalidad en enfermedades que estaban en vías de erradicación.

En fin, no me quedan palabras para definir a este impresentable individuo, que, en palabras de su prima Caroline, es un peligroso ignorante.

Pinchando aquí tienes un buen reportaje sobre su vida y «milagros»

Y a continuación, puedes descargar el editorial de El País dedicado al tema y dos buenos artículos del mismo periódico.

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